Lotería Euromillones: los ganadores compraron 1000 regalos para gente hospitalizada. Como si de un milagro de navidad se tratase, esta pareja de irlandeses le acertó al premio gordo de la lotería EuroMillones (EuroMillions). Una friolera de 115 millones de euros!
La familia Connolly, más precisamente Patrick y Frances son residentes de un pueblo pequeño en Irlanda. Este año la suerte tocó a su puerta al ganar el mayor premio de la lotería Euromillones, que se juega en todos los países del continente.
Según sus propias palabras, no sabían qué hacer o cómo reaccionar ante tal golpe de suerte. No pudieron pegar un ojo la noche del sorteo y por la mañana decidieron confirmar que realmente habían ganado el premio.
Luego de saberse ganadores de la lotería, empezaron a discutir que harían con tal magnitud de dinero. Fue entonces que decidieron que no se volverían unos pedantes millonarios. Lo primero fue mudarse a una ciudad más grande en Inglaterra llamada Durham, dejando atrás su pueblo natal Moira. No obstante esto, su nueva residencia es bastante humilde en comparación con lo que podrían haber comprado con el dinero del premio. Podrían haber accedido a un castillo o un palacio quizás.
Más tarde decidieron viajar a Nueva Zelanda, a la casa de su hija. No lo hicieron en primera clase como podría haberse pensado. Ellos creen que ese dinero extra puede ser utilizado en algo mejor como pagar una hipoteca.
Entre sus acciones positivas, se incluye comprar unos 1000 regalos para enfermos internados en el hospital para el día de navidad próximo. Además, comprar cientos de tabletas para distribuir entre las personas que se encontraron más aisladas durante la pandemia de Covid-19.
Frances contó que su esposo Patrick siempre decía que si alguna vez acertaba a la lotería, le quitaría su teléfono móvil y su computador. El motivo era que estaba seguro de que ella regalaría todo. La verdad es que ella disfruta mucho realizando buenas acciones.
Una vez pasado el impacto inicial del premio, con la cabeza más fría, los recientes ganadores decidieron organizar mejor sus esfuerzos caritativos. Dividieron su fortuna en dos partes. Una la conservaron para sí mismos. La otra la repartieron entre un listado de 50 personas de su entorno cercano, entre parientes, amigos e incluso vecinos.
“Como era una suma muy grande de dinero, queríamos que impactara en otras vidas además de la nuestra, sobre todo en las personas que queremos y conocemos desde siempre. Haber resultado bendecidos con este premio nos dio la oportunidad de hacer una gran diferencia en la vida de nuestros familiares y amigos”, contaba Frances.
A pesar de haber repartido tanto dinero, el premio era tan grande que los Connolly siguen siendo millonarios. Pero ahora intentan tomarse las cosas con más calma que al principio.
Luego de una vida entera como ciudadanos de clase media, conduciendo coches de segunda mano, decidieron adquirir un nuevo vehículo. Esta vez nuevo pero sólo porque querían que fuera eléctrico y no había usados con este tipo de motor.
“Nosotros no necesitamos comprar coches super deportivos y siempre estuvimos muy orgullosos de que nuestra familia y nosotros mismos conduzcamos coches de segunda mano, el coche hace su trabajo y no es necesario tanto lujo”, comentó la afortunada esposa.
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