Disponer de un espacio al aire libre donde disfrutar del tiempo, pero también estar a cobijo, es de una necesidad abrumadora. Tanto si somos particulares como propietarios de un negocio, una necesidad por la que plantearse invertir en una pérgola bioclimática aparece como una de las opciones más idóneas. Más aún, si su durabilidad, diseño y ergonomía nutren y enfatizan el conjunto.
Estar al aire libre, pero con las ventajas de estar dentro
Nuestra tranquilidad, los momentos frugales en los que podemos permitirnos un respiro, no deben estar nunca exentos de una pizca de ingenio y de un pellizco de utilidad.
Como animales activos y sociables que somos, la nuestra es una necesidad a menudo extraña, dividida entre conceptos que, pese a su aparente contradicción de base, encuentran un canal de adaptación siempre práctico y certero. Sobre todo, en nuestro tiempo libre y, concretamente, cuando se trata de disfrutar del exterior, pero también de las ventajas del interior en el mismo espacio al aire libre. Una querencia que, a grandes rasgos, buscan tanto propietarios de un negocio como particulares.
Entrando en materia, y más aún ahora que el frío ya acaece sobre nuestro día a día, nuestra necesidad de pasar más tiempo al sol es indiscutible. Tanto si se trata de hacerlo en nuestro hogar como en un establecimiento, una necesidad que también queremos combinar con cierta protección al viento y al frío para —y nunca mejor dicho— curarnos en salud.
Y, de entre todas las opciones, una tendencia al alza es la que ofrecida en sitios como Cerramientosabatibles.com. Nada más y nada menos que la instalación de pérgolas bioclimáticas para poder disfrutar del aire libre a la par que cuidar nuestra protección tanto ante el calor como ante el frío.
¿Qué es exactamente una pérgola bioclimática?
Por norma general, el ser humano disfruta de pasar su tiempo al aire libre; sobre todo al salir del trabajo, tanto en la calle como en el hogar, para conseguir dividir espacios tanto mentales como físicos. De hecho, una división que tiene mucho que ver tanto con nuestro bienestar interior como con nuestra salud social.
En primer lugar, porque un momento de sosiego al aire libre es realmente beneficioso para tomarnos la vida con mayor tranquilidad recibiendo las caricias del sol y de la brisa. Y, por la parte social, porque nos mostramos más abiertos y receptivos al socializar en el exterior si podemos encontrar la combinación ideal entre cobijo y libertad.
En toda esa serie de ecuaciones, las pérgolas bioclimáticas aparecen como una solución ideal para crear y cubrir un espacio, adicional o no, al aire libre tanto en el hogar como en nuestro establecimiento. Su función principal, a efectos prácticos, consiste en crear un espacio seguro y confortable donde estar fuera, pero a cubierto tanto del sol en verano como del frío en invierno.
Básicamente, una estructura que delimita el espacio escogido mediante unas lamas cuya modulación regula la entrada de aire y luz al recinto a nuestro gusto. Pudiendo realizar la instalación tanto de forma independiente como adosada o sin columnas para mayor adaptabilidad.
Asimismo, se trata de una instalación que puede combinarse con domótica y automatismos para poder manejar el sistema desde el móvil. Lo que resulta todavía más sencillo a la hora de poder establecer el espacio a nuestro gusto con la mayor facilidad posible.
Pensando en la armonía de dicha instalación, con un diseño pulcro, que oculta el cableado y la tornillería para que el minimalismo impere en el conjunto. Y, además de partir de una perfilería de aluminio de espesores de hasta 4mm para aumentar su robustez y envergadura, con una garantía de producto de por vida como bien aseguran los modelos de www.cerramientosabatibles.es.
Adaptando necesidades: de la pérgola de lamas orientables a la retráctil
En el mercado podemos encontrar distintos modelos de pérgolas bioclimáticas según nuestras necesidades. Por una parte, el modelo de pérgolas bioclimáticas retráctiles se caracteriza por un sistema de motorización distinto —SOMFY (RTS O iO)—, así como de una apertura de las lamas de hasta un 75%.
Además, contando con opciones de iluminación LED como también lo permiten las orientables, este modelo más dinámico tiene capacidad de combinarse con cerramientos de cristal, protección solar y otros. Contando con unas medidas máximas que varían ligeramente respecto al modelo orientable, pero que, en conjunto, sacan partido a su instalación.
En segundo lugar, las pérgolas orientables, con un sistema de motorización T-Motion, dispone de otras características bien diferenciadas. Cuanto a su orientación, las lamas se orientan hasta 135º, por lo que su regulación de la luminosidad, la cantidad de viento o la protección tanto contra la lluvia como contra los rayos ultravioleta de la luz solar está más que asegurada.
Asimismo, dicha movilidad permite mejorar la estanqueidad y el solape de la lama, a la par que, en sintonía con el modelo retráctil, pero con opciones distintas, puede cerrarse con cristal, screens, toldos y otros en cualquiera de sus lados. En definitiva, una opción algo más versátil frente a la retráctil.
Con todo, cabe decir que ambos modelos permiten inyectar poliuretano en sus respectivas lamas para mejorar el aislamiento térmico y acústico del recinto, lo que resulta un plus muy a tener en cuenta. Además, ambas pérgolas gozan de una total estanqueidad gracias a las gomas antigoteo y los burletes, así como la canalización inteligente del agua de la lluvia.
Al fin y al cabo, dos opciones competitivas y utilísimas tanto si tenemos un patio a explotar como una terraza en nuestro negocio. Porque disfrutar del aire libre debe ser un derecho que no nos exponga a condiciones meteorológicas molestas y, si puede ser, que lo haga con funcionalidad y elegancia.