El baño es la estancia más reformada de una vivienda, especialmente por el desgaste ocasionado por la humedad. Las instalaciones requieren de un buen mantenimiento y renovación de vez en cuando. Aún así, este pequeño lugar es una obra bastante compleja que no podemos cambiar sin más.
La planificación, la base de todo
Cada proyecto de reforma tiene sus propias necesidades: ¿es un baño para una sola persona, una pareja, para toda la familia, o es el de invitados? ¿El espacio es grande o más bien se dispone de poco lugar? ¿Cuánto dinero tenemos para hacer los cambios? ¿Qué tanto tiempo podemos gastar en las obras?
Las perspectivas a futuro sobre el resultado deben coincidir con la realidad del caso. No es lo mismo en inversión intentar reformar un baño grande y cambiar todo el mobiliario y la cerámica, que simplemente hacer ajustes menores y significativos como instalar un espejo y una buena iluminación.
Pensar en un resultado y presupuesto realistas te van a ayudar a definir con claridad todos los pasos de la obra: la elaboración de los planos con las medidas exactas y los costes de cada elemento, los trabajos de albañilería, electricidad y carpintería, los montajes del mobiliario, y demás.
Aún con esta planificación, llevarla a cabo en la realidad es más complicado que hacer un plan sencillo. El cálculo de costos, la investigación sobre la calidad de los materiales, el diseño de los muebles, etc. El trabajo de Reformas Madrid Reiteman y otras agencias de interiores es justamente convertir tu idea en un diseño, y el diseño en una obra que te guste.
Lo que tiene un buen diseño
La estética coherente y armoniosa suelen ser los primeros factores que saltan a la vista en un baño bien diseñado, junto con la sensación de espacio y la iluminación apropiada. Sin embargo, lograrlo cuesta bastante más que solo reformar para alcanzar una estancia bonita, ya que debe ser funcional y adecuada para el hogar.
Distribución funcional
La función no lo es todo en un diseño, pero sí algo fundamental. Un baño tiene que ser funcional para nuestras necesidades, tanto si es grande como pequeño. Organizar un baño tiene que ver con el entendimiento de las dimensiones y formas del espacio, y las distancias mínimas para cada equipo, y no con las apariencias.
Dos formas bastante clásicas de organizar un baño son alinear el sanitario y el mueble del lavabo para aprovechar el espacio, y dejar la ducha al fondo o frente al lavabo. Además, lo normal es dejar el sanitario en la zona más oculta, de ser posible.
Los materiales duraderos
Reformar un baño es caro. Los materiales deben ser resistentes a la humedad constante y a lo abrasivo de los productos de limpieza. El mármol, los azulejos, las baldosas, la piedra natural y el vidrio son de los más utilizados, aunque hay algunos más. La elección va a depender en gran medida del presupuesto, siempre que no sean de mala calidad.
La iluminación suficiente
Los baños son espacios cerrados, en los que la luz tiende a desaparecer casi sin darnos cuenta. La iluminación artificial es clave para poder realizar todas las tareas de cuidado personal cómodamente, en especial en el área del lavabo.
Una manera sencilla es incluir una iluminación focal frente al espejo, e iluminación general con las bombillas en el techo y una luz indirecta en la zona perimetral en la zona de la bañera o detrás del mueble del lavabo. Sin embargo, lo bueno es que la luz da mucho juego para encontrar un ambiente cómodo.
Espacio para almacenar todo
En el baño se necesita una gran variedad de utensilios pequeños, así que el orden debe ser una prioridad. Elegir el mobiliario debe responder a las necesidades de almacenaje, sin ocupar demasiado espacio. Una tendencia son los muebles suspendidos porque la parte de abajo no se desaprovecha.
También se pueden añadir algunas repisas para pequeños utensilios, pero no es buena idea colocar demasiados objetos ahí para evitar el desorden.
Buena ventilación
La humedad y los malos olores son habituales en los baños, pero se pueden controlar para evitar que el sitio sea incómodo. Un sistema de ventilación será primordial para mantener un buen estado de salud, no deteriorar la vivienda y alargar la vida útil de los aparatos electrónicos que se guardan allí.