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La consultora Veterinary Management Studies (VMS) señala en su informe “La clínica veterinaria española 2019” que en España estaban activas 6.228 clínicas en 2019, lo que supone un aumento de 864 con respecto a las contabilizadas en 2018. De esas 864, 313 fueron nuevas aperturas, mientras que el resto se deben a que afloraron centros de detectados en el censo de 2018.
Este dato se suma a uno aportado por la Asociación del Sector de Animales de Compañía (ASAC), que apuntaba en 2017 a un número total de unas 6.000 clínicas veterinarias y cerca de 5.000 tiendas especializadas.
El sector ha recuperado en este último lustro un vigor que perdió en el año 2013, cuando la subida del IVA del 8 al 21% en los servicios veterinarios se tradujo en una importante caída en la facturación y en el cierre de más de 700 centros veterinarios.
Madrid y Barcelona, las urbes que concentran más clínicas
Las dos grandes capitales del país, Madrid y Barcelona, son las provincias que más centros veterinarios concentran, con 1 de cada 4 clínicas situadas en alguna de estos territorios. A su vez, del informa de VMS es interesante señalar que el sector vive un momento de salud importante pero en su gran mayoría está formado por centros pequeños, pues ingresan menos de 225.000 euros al año y en ellos trabajan de uno a dos veterinarios.
Solo entre un 5 y un 6% de las clínicas son consideradas grandes y muy grandes, aquellas que facturan más de 450.000 euros y cuentan con al menos cuatro veterinarios. Por otra parte, en esos 6.000 centros se contabilizan clínicas, consultorios y hospitales.
En el aspecto económico, la industria veterinaria y de cuidados animales mueve un total de casi 1.650 millones de euros en ingresos. La facturación media de los centros es de poco más de 246.000 euros.
En 2019 se observó un aumento tanto en el número de pacientes como en el gasto por consulta o tratamiento, aunque es cierto que también se redujeron las visitas a los centros. Esta realidad, correspondiente a 2019, puede haber cambiado en 2020, como consecuencia de la pandemia y las restricciones de movilidad.
Sin embargo, los servicios veterinarios siempre se mantuvieron como un sector esencial, de modo que los resultados no estarán tan influenciados por ese motivo, por lo que la razón que explique un posible descenso en esta actividad quizás sea la caída de ingresos en muchas familias.
Los perros, los pacientes más atendidos
El mismo estudio de la VMS coloca a los perros como los animales más atendidos. Casi 3 de cada 4 visitas a una clínica veterinaria tiene como protagonista a estos animales, seguido de los gatos, con un 21% de las consultas.
La AMVAC, Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC) notifica que cuatro de cada 10 hogares tienen al menos una mascota. Madrid y Barcelona son las provincias que más centros de este tipo reúnen porque en la mayoría de casos se trata de clínicas especializadas en consultas y tratamientos para mascotas, no para otros tipos de animales, como por ejemplo el ganado.
No obstante, en otros territorios alejados de las grandes metrópolis, también se concentran un importante número de clínicas. Es el caso de Cantabria, que contaba en 2019 con más de 80 centros. Uno de estos centros es Clínica Bahía, referente en la provincia porque su experiencia le valida desde hace más de 35 años.
El centro cuenta con tres veterinarios en Santander, lo que lo incluiría dentro de una clínica pequeña, pero que a su vez está impulsado por varios auxiliares más para mejorar los servicios de atención, salud y cuidado animal.
Aumento en la adopción de mascotas y preocupación por el abandono
Un apunte extra que explica el crecimiento en los centros veterinarios es el interés cada vez mayor que existe por adoptar mascotas, preferentemente perros y gatos, en lugar de adquirir estos mismos animales en tiendas.
Las redes sociales están inundadas de grupos que actúan a modo de protectoras y refugios, y que comparten publicaciones para promover esta acción. A su vez, incentivar la adopción frente a la compra es un objetivo presente desde hace años por parte de muchas administraciones públicas y organizaciones que trabajan en el acogimiento de estos animales.
Este proceso se enfrenta al del abandono, que sigue siendo muy preocupante por el número de casos que se producen cada año. Entre las razones aludidas para abandonar una mascota aparecen los problemas económicos para su mantenimiento, la incapacidad para controlar la reproducción, el comportamiento agresivo de estos animales, la pérdida de interés por la mascota o haberlas adquirido para un uso que ya no se da, como por ejemplo la caza.
Una tendencia al alza en el sector que también se ve en las facultades
El interés por los cuidados veterinarios no solo se pone de manifiesto en el mayor número de animales de compañía en los hogares o en el crecimiento en el número de centros. El informe relativo al año 2019/2020 sobre “Estadísticas de universidades, centros y titulaciones” indica que durante el curso anterior hubo una demanda de 6.345 estudiantes que quisieron acceder al grado de veterinaria.
Ese curso solo se pudo registrar a 1.112 matriculados. Se consolida así una tendencia que sí decrecía en los años anteriores. Mientras que en 2018/2019 fueron 6.222 aspirantes, en 2016/2017 el número fue más alto, 8.384.
En el apartado formación también hay que apuntar los estudios de formación profesional en el área veterinaria, que se imparten principalmente desde el sector privado, pues no existe aún ningún estudio reglado o centro público que regule esta profesión.