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48 horas en Budapest: «el París del Danubio»

Budapest

Budapest, la mágica capital de Hungría

48 horas en Budapest: vamos a recorrer en dos días la mágica capital húngara. Situada a ambas orillas del Danubio, es el centro político, económico y cultural de Hungría. También llamada «el París del Danubio» por sus cafés, arquitectura y festivales de música. Se la conoce como la ciudad de los baños, por sus exquisitas aguas termales, explotadas a través de los siglos.

Budapest nació en 1873 por la fusión de tres ciudades: Buda, Óbuda y Pest. Ubicadas sobre colinas, las dos primeras son más antiguas. Pest es la moderna y bulliciosa ubicada sobre la llanura. ¿Vamos a recorrerlas con nuestro itinerario 48 horas en Budapest?

Primer día en Budapest

Por la mañana:

Comenzamos lógicamente por la parte más antigua, Óbuda. Se llega por el Puente Árpad, uno de los ocho puentes que cruzan el Danubio. Óbuda es una aldea románica de calles estrechas y adoquinadas donde se puede visitar un anfiteatro romano, un santuario, una sinagoga y el Palacio Zicky. Es de estilo barroco y alberga el Museo de Historia. Antes de dejar Óbuda, almuerza en alguno de sus restaurantes que ofrecen pescados del Danubio.

Por la tarde:

Es un imprescindible de nuestro programa 48 horas en Budapest ir a los baños termales. Es una tradición de la ciudad desde la época de los celtas, los romanos y posteriormente los turcos. A los pies de la colina de Buda, te recomendamos Király Gyógyfurdo, uno de los mejores baños turcos de Budapest (calle Fou 84)

Baños termales Király Gyógyfurdo

Luego, nos vamos a un lugar emblemático de Budapest: el Castillo, la zona más antigua de Buda a la que subimos por calles empinadas o en funicular. Allí visitamos el Palacio Real, del año XIII, residencia del rey. En su interior, alberga la Biblioteca Nacional, dos museos y la galería Nacional con muchas obras de arte y pinturas.

Muy cerca, la Iglesia de Matías, del siglo XIII con su arquitectura espectacular y sus torres cubiertas de cerámicas. En la Plaza de la Santísima Trinidad, se puede admirar la columna de la peste, el viejo ayuntamiento de Buda y la estatua de San Esteban.

Por la noche:

Visitar los bares, discotecas y cafés de la zona del Teatro de la Ópera o si desean una opción más tranquila, tomar algo en las terrazas frente al Danubio.

Segundo día en Budapest

Por la mañana:

El segundo día del 48 horas en Budapest lo reservamos a Pest, la otra cara de la ciudad, más industrial y burguesa. Avenidas, boulevares y edificios de variados estilos. Cruzamos a Pest por el puente más famoso: el Puente de las cadenas, construido en 1849 y flanqueado por cuatro leones, todo un símbolo de la ciudad.

Puente de las cadenas desde el Castillo de Budapest

Ya desde el puente apreciamos la magnificencia del edificio más famoso de Budapest: el Parlamento. Con su estilo neogótico, es el símbolo de Hungría. Construido entre 1885 y 1902, tiene más de 600 habitaciones, 27 entradas y 88 estatuas en la fachada que representan a los emperadores.

Desde la plaza Roosvelt, frente al Puente de las Cadenas, caminamos hacia la plaza Vorosmarty, centro neurálgico de la ciudad. Un imprescindible es visitar el café Gerbeaud que data de 1858, para admirar su decoración y probar algo rico de su pastelería. Ahora nos queda recorrer la calle Váci Utca, comercial, donde se pueden encontrar librerías, boutiques y lugares para almorzar.

Por la tarde:

Nos vamos a recorrer la avenida Andrássy. Data del siglo XIX y tiene bellos edificios como el Museo de Arte Oriental, el Teatro Nacional de Títeres o la Ópera de Budapest. Por debajo, es digna de conocer la línea 1 del metro, la más antigua de Europa.

Basílica de San Esteban

Nos desviamos para conocer la majestuosa Basílica de San Esteban. De estilo neorrenacentista, es la iglesia más grande de Budapest y remata en una enorme cúpula rodeada de estatuas de la Virgen y los apóstoles.

Terminamos la tarde en un café típico de Budapest: el Hungaria, conocido también como Café de New York, ya que se ubica en el palacio del mismo nombre. La decoración es espectacular con mármoles, espejos, brocato y dorados que te llevan a la Europa de principios del siglo XX.

Café Hungaria o New York

Por la noche:

Nuestra última noche en Budapest debería transcurrir en las callejuelas, tascas y bares de Óbuda y Buda. Lo ideal sería cenar con música en vivo y regresar caminando para admirar el Puente de las Cadenas y el fantástico Parlamento iluminado. Quedará en nuestras retinas para siempre.

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