Contenidos
El pelotón cinológico de la UME entrena perros de élite, esta unidad participó en el rescate que se llevó a cabo luego del reciente terremoto que se produjo en Turquía y Siria. La UME entrena en la base militar de Morón de la Frontera en España.
Un caos perfectamente estudiado para entrenar perros de élite
En un escenario donde se imita una zona devastada por un terremoto. Está un par de vagones de tren arrumados, hormigón, escombros, cables de metal enredados por el suelo, agujeros, zanjas en la tierra y túneles subterráneos. Es un caos que fue perfectamente estudiado para parecerse a los efectos de una catástrofe.
En este espacio entrena diariamente un equipo conformado también por perros de élite que se dedican a salvar vidas. Se trata del pelotón cinológico que pertenece al Segundo Batallón de la Unidad Militar de Emergencia (UME).
El Segundo Batallón se encuentra localizado a unos 50 kilómetros de Sevilla, en la base aérea de Morón de la Frontera, en ese lugar trabajan miles de militares españoles y de los Estados Unidos. Entre los cuales están los 6 militares que conforman el pelotón cinológico de la UME y sus perros élites: Speed, Bruno, Choni, Arias, Suma y Baco. Además, han formado parte de este equipo los caninos Nico y Otan, pero se acaban de jubilar.
La mejor recompensa para el pelotón cinológico y la UME
Parte del pelotón cinológico recientemente se desplazó a la zona impactada por el terremoto de Turquía y Siria y, junto al resto de los integrantes del equipo de rescate urbano de la UME, consiguieron sacar con vida de entre los escombros a una madre y sus dos pequeños hijos de solo 2 y 6 años de edad. Para la UME esta fue la mejor recompensa a tantos años de trabajo y entrenamiento.
La madre y sus pequeños permanecieron varios días bajo los escombros de un edificio destruido por el sismo. Junto a ellos se encontraban además el padre, pero este murió. Desde que los militares españoles los encontraron con vida hasta que pudieron sacarlos de los escombros de lo que había sido su casa pasaron cerca de 28 horas.
En una carrera contra el tiempo, los expertos tuvieron que acceder a las víctimas con máximo cuidado y calculando milimétricamente cada maniobra para evitar cualquier derrumbe que pudiera causarles más daño. Durante todo ese tiempo la mujer estuvo amamantando a sus pequeños para mantenerlos con vida.
El cabo Valentín Costa, quien lleva más de 16 años en la UME, de los cuales 3 los ha pasado en el pelotón cinológico; recordó emocionado que, “fue muy muy emocionante”. Y que lo mejor que le puede suceder a un rescatista es sacar a alguien vivo y, en esta ocasión, eran una madre y sus dos críos.
El pelotón cinológico se desplazó con sus perros élites hasta Turquía
El cabo Costa viajó a Turquía en un avión de las Fuerza Armadas junto a los equipos de rescate españoles. También los acompañó su perra Choni (una pastora belga “malonois” de color café) para la que el terremoto de Turquía era su primera experiencia de trabajo.
Costa recordó que se puso muy contento, porque su perra respondió muy bien y eso que se trataba de su primer viaje largo y allí hacía mucho frío. En la zona impactada por el siniestro se registraron temperaturas por debajo de los once grados. Y la novata Choni logró superar con nota alta su primer trabajo.
El equipo perteneciente a la UME que se desplazó desde Sevilla hasta Turquía, estuvo en ese lugar entre el 6 y el 15 de febrero pasados. Se movieron con mucha rapidez y el mismo día del terremoto ya estaban en camino a la zona devastada. En esta clase de misiones es determinante actuar con celeridad para poder salvar la mayor cantidad de vidas posibles.
Una vez en el terreno, los equipos internacionales proceden a dividir la zona afectada por el siniestro en sectores y las reparten entre los grupos de búsqueda. El cabo Costa recordó que, en Turquía, en toda la zona destruida por el terremoto había toda clase de olores que podían confundir a los canes (comida, hogueras). Cuando un perro marca una zona en la que puede encontrarse una persona viva, seguidamente se usa otro perro para descartarlo o confirmarlo.
Para salvar vidas hay que aprobar un exigente plan de entrenamiento
Además de rescatar a personas con vida, los canes de la UME son también expertos en ubicar cadáveres. Justo esta es la especialidad e Choni. Junto a la perra, a la zona devastada por el terremoto de Turquía se movilizaron además los perros Speed, Otan y Nico. Estos 3 expertos en rescate pudieron rastrear a varias personas con vida atrapadas entre los escombros.
Para que los 4 canes de la UME pudieran participar en un rescate como el que se realizó en Turquía han tenido que superar un exigente plan de entrenamiento. Para lo cual en el pelotón cinológico los perros siempre están con sus guías.
Otro miembro del pelotón cinológico, el cabo primero Jesús Rodríguez del Toro, explicó que, si ellos suben a lo alto de la torreta, los canes los acompañan; y, si se desplazan hasta un pantano, los perros deben ir también. Las revisiones veterinarias se hacen constantemente, debido a que el perro debe estar en plena forma para poder enfrentar con éxito los entrenamiento y los rescates reales.
En el pelotón cinológico existe el entrenamiento para hallar cadáveres sumergidos
Cada can de la unidad tiene asignado a un guía. Perro y guían son inseparables. La rutina del día dentro de la base de Morón establece que todo el equipo debe estar en las instalaciones militares a las 7.20 horas de la mañana. Esa primera hora se la dedican al mantenimiento, a limpiar las perreras. Y a las 8.00 horas corresponde formación. Luego, los guías entrenan corriendo con los perros y, con posterioridad, comienzan el plan de instrucción que corresponda a cada día.
Los entrenamientos pueden ser en la zona de escombros y túneles subterráneos que existe en la base militar y también se desplazan a lugares cercanos, como La Carlota (en Córdoba), Lebrija (en Sevilla), Jerez (Cádiz) o el Palmar de Troya (Sevilla). Lo importante es entrenar en sitios diferentes para que el animal y su guía sean capaces de afrontar distintas situaciones cuando se encuentren en un rescate real.
Además la UME se entrena en la búsqueda de cadáveres sumergidos. El pelotón cinológico de la base de Morón acostumbra ir al embalse del Palmar de Troya para entrenar a los perros en esta disciplina. Consiste en esconder una muestra en el agua, y después, en una lancha, el can va rastreando la zona. Todo el tiempo con su guía. En el momento en que el perro detecta algo, este empieza a ladrar. Nunca falla.
Es realmente un vínculo muy especial
Rodríguez del Toro señaló que, entre el guía y el animal se establece un vínculo muy especial. Y explicó que, si a uno le gustan los perros, este es el mejor trabajo del mundo. Los militares del pelotón cinológico no ven a estos perros como simples animales. Al describir su labor con los canes, Costa bromeó diciendo que, “esto es como si te fichara el Betis”.
Están tan unidos los guías con sus canes que, cuando llega la edad de jubilación del perro, que acostumbra ser a los 8 años, muchos abandonan la base militar para instalarse en la casa de su adiestrador.
Antonio Miguel López, un soldado que también estuvo en la misión de Turquía, luego del terremoto con su perro Nico, ya tiene planeado dónde instalará al perro. Y explicó que, el lugar es una parcela en el campo. Debido a que esta clase de animales no los puedes encerrar en un piso.
Unos perros élites se jubilan, pero constantemente están llegando refuerzos. Y todo debe estar listo para la próxima misión.