Contenidos
La falta de mantenimiento en la carretera del centro de Syracuse, Nueva York ha traído como consecuencia que los vecindarios de esta zona sufran de problemas de contaminación por los gases expulsados por los tubos de escape de los vehículos; así como también una división de clases sociales, donde algunos sufren de racismo.
En este sentido, los activistas de los derechos civiles del país han apodado a la Interestatal 81, como la «carretera racista»; ya que este tipo de vías lo que hacen es dividir a los vecindarios de las minorías; mientras contaminan las comunidades.
Plan de infraestructura para combatir el cambio climático y el racismo
En vista de esta situación, el presidente Biden, ha decidido apostar por un proyecto de infraestructura expansivo con un presupuesto de un billón de dólares; el cual podría convertirse en la inversión en calles, carreteras y puentes más grande de Estados Unidos durante décadas.
Tal proyecto, que recientemente fue aprobado por el Senado del país y que pasará a ser revisado por la Cámara de Representantes; cubrirá las carreteras, líneas eléctricas y la ampliación del acceso a banda ancha; así como también el reemplazo de las tuberías viejas de agua potable.
No obstante, el objetivo de este plan no solo es reparar las carreteras y demás servicios; sino también tomar acciones contra el cambio climático y abordar el tema de las diferencias sociales que se viven en la actualidad.
En este sentido, el presidente pretende reconectar las comunidades, derribando las carreteras urbanas que atraviesan los barrios como es el caso de Siracusa.
Sin embargo, muchos se preguntan si el hecho de derribar las carreteras donde han vivido muchas generaciones se puede considerar realmente como una vía hacia el progreso racial. Por lo que han salido muchos escépticos al respecto.
¿Qué alega el gobierno estadounidense sobre el racismo en carreteras?
De acuerdo a lo expresado por la Casa Blanca, las “megacarreteras”, que se encuentran en todo el territorio estadounidense, han llegado a generar dolor e incluso han arruinado a muchas comunidades.
Asimismo, argumentan que inicialmente las personas se vieron forzadas a salir de sus hogares cuando fueron construidas; trayendo como consecuencia la destrucción de negocios que pertenecían a afroamericanos.
Y posterior a ello, continuaron afectándolos por medio de la contaminación atmosférica producida por el tráfico y el ruido que estos mismos emitían.
Por su parte, el secretario de transporte de los Estados Unidos, Pete Buttigieg, señaló que, “el racismo se ha construido físicamente en algunas de las carreteras”. Afirmación que para ciertos expertos tiene algo de verdad.
Según los explicado por el profesor de historia de la Florida Atlantic University y además autor de un libro sobre carreteras interestatales, Mark Rose; entre el periodo de 1950 y 1970, cuando el sistema de carreteras del país se encontraba en construcción, los planificadores urbanos diseñaron estas vías para atravesar vecindarios donde los “valores de propiedad eran bajos a causa de los costos de comprar de las casas”. En muchas oportunidades, estos casos eran sinónimos de zonas donde vivían negros y otras minorías.
A pesar de que muchos activistas desde Siracusa hasta Los Ángeles estuvieron luchando para que la construcción no se llevara a cabo, no fue el caso; ya que se crearon de todos modos dejando a ciertas comunidades totalmente destrozadas, con contaminación y divididas.
Mientras que, en el otro lado de la moneda, se observaba que las carreteras alivianaban el tráfico desde el centro de las ciudades hasta los suburbios de clase media.
Consecuencias de vivir cerca de carreteras en EEUU
En algunos estudios se ha logrado demostrar que vivir a los alrededores de las carreteras en Estados Unidos, se asocia a una mayor probabilidad de padecer de asma e incluso de ataques cardiacos.
Según lo declarado por el congresista de South Bronx (lugar por donde atravesaba la megacarretera de Cross Bronx Expressway), Ritchie Torres, “vivir cerca de la carretera es como estar en tres lugares; puesto que primero estaba en casa, luego en la escuela y en la sala de emergencias tras ser ingresado en reiteradas ocasiones por asma”. Así lo sentía Torres.
Aunado a esto, Ritchie señaló que, “la epidemia de asma en el Bronx se veía como una consecuencia de la megacarretera construida; siendo parte de la estructura del racismo”.
Por otro lado, el cierre de los negocios es notablemente alto; pues una carretera construida a través del vecindario negro de Greenwood, Oklahoma ha representado el cierre total de los comercios. Una diferencia abismal; teniendo en cuenta que antes de la construcción de la Interestatal 75, en los años 50’s, este lugar contaba con un total de 40 tiendas de comestibles y 35 bloques hogares.
Mientras tanto el gobierno de Biden se encuentra trabajando para que el plan de infraestructura sea aprobado. Según Lawrence Levy, integrante del Centro Nacional de Estudios Suburbanos de la Universidad de Hofstra, “se trata de un trabajo pesado”.
De igual manera Levy agregó que, “el proyecto necesita que la Casa Blanca se acerque a las personas y las convenza para que vean la infraestructura de una forma en la que nunca antes se había visto”.
Aunque la realidad es que son muy pocas las personas en Siracusa que piensan que Biden logrará lo que promete.