Es la primera vez qua la Unión Europea hace una transferencia de este tipo. Los 1.500 millones de euros que han sido transferidos a Ucrania es una operación enmarcada en el novedoso plan basado en los activos inmovilizados de Rusia, cuyo valor total está estimado en 210.000 millones de euros en todo el bloque comunitario.
Por primera vez la Unión Europea transfiere fondos provenientes de los activos rusos congelados a Ucrania
La Unión Europea (EU) acaba de enviar 1.500 millones de euros a Kiev usando los ingresos extraordinarios provenientes de los activos del Banco Central de Rusia que continúan inmovilizados como parte de las sanciones de gran alcance del bloque comunitario.
El noventa por ciento de estos fondos servirá para que el Gobierno de Ucrania compre más armas, sistemas de defensa antiaérea y municiones, que la nación necesita urgentemente para resistir los avances del ejército ruso en el este del país. El otro diez por ciento será invertido en la reconstrucción de la infraestructura devastada a causa de los ataques rusos. Particularmente servirá para la reconstrucción de infraestructuras energéticas, que han sido gravemente afectadas por los incesantes ataques del enemigo.
La UE teme que la destrucción generalizada de la red eléctrica de Ucrania pueda desencadenar una crisis humanitaria y una nueva ola migratoria durante el próximo invierno.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea declaró que la Unión Europea está con Ucrania. Y que no existe mejor símbolo ni mejor uso para el dinero de Moscú que hacer de Ucrania y de toda Europa un sitio más seguro para vivir.
La transferencia de parte del dinero ruso congelado marca la primera acción de este tipo en el marco del novedoso plan basado en los activos inmovilizados del Kremlin, cuyo valor se estima en aproximadamente 210.000 millones de euros en todo el bloque. Este proyecto, que no tiene ningún precedente, se fue gestando por muchos meses hasta que los Estados miembros del bloque comunitario alcanzaron un acuerdo acerca de los textos legales durante el pasado mes de mayo.
Hungría se opone rotundamente al uso de fondos rusos
Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, se opone firmemente a la ayuda militar a Ucrania, el Gobierno húngaro amenazó en un principio con ejercer su derecho a veto y bloquear todo el proyecto. Sin embargo, en junio los Estados miembros de la Unión Europea hallaron una vía legal para sortear este obstáculo, con el argumento de que Hungría se había abstenido del acuerdo de mayo y, en consecuencia, carecía del derecho a participar en los siguientes pasos.
Inicialmente se había anunciado que la primera transferencia sería por unos 1.400 millones de euros, pero el pasado viernes, esta cantidad fue actualizada y se llevó a 1.500 millones de euros, posiblemente esto ocurrió debido a las variaciones de los tipos de interés.
El proyecto, que además cuenta con el apoyo del grupo de las 7 principales democracias industrializadas, llega en un momento en que Kiev necesita refuerzos para una campaña militar que se está tornando desesperada, reforzada por los más de 57.000 millones de euros recientemente convenidos por el Congreso y el Senado de Estados Unidos.
Los ingresos extraordinarios, que Rusia no tiene derecho a poseer a causa de las sanciones adoptadas a comienzos del año 2022, provienen de Euroclear, un depositario localizado en Bruselas que tiene la mayoría de los activos rusos inmovilizados.
La primera de muchas transferencias
Un aspecto fundamental a considerar es que los 1.500 millones de euros serán transferidos de forma directa al presupuesto de Ucrania. Lo que difiere notablemente de la pasada ayuda militar que la Unión Europea ha encabezado en el marco del Fondo Europeo para la Paz, que reembolsa de forma parcial a los Estados miembros por el armamento donado a Ucrania.
De acuerdo con la Comisión, la próxima transferencia se llevará a cabo en marzo del próximo año.
El Fondo Europeo para la Paz lleva más de un año bloqueado por Hungría, lo que ha causado la paralización de 6.500 millones de euros y la exasperación del resto de capitales. Josep Borrel, quien es responsable de política exterior de la Unión Europa, a principios de esta semana calificó el bloqueo húngaro de “puramente vergonzoso”.
Con las esperanzas prácticamente perdidas de que el tema se solucione, la UE se ha aliado con los Estados Unidos para establecer un préstamo de $ 50.000 millones a Ucrania usando como garantía los activos inmovilizados. El plan está avanzando, aunque los detalles técnicos continúan sin ser resueltos.
La Unión Europea renueva las sanciones a Moscú cada 6 meses
La Comisión Europea ha planteado 2 alternativas para cuadrar el círculo y garantizar una mayor previsibilidad, una de ellas consiste en proponer que los activos rusos estarán permanentemente inmovilizados hasta que Moscú acceda a compensar a Ucrania por los daños, o las sanciones sobre dichos activos serán renovadas por periodos más largos, por ejemplo, 18 meses en lugar de 6.
Hasta los momentos la UE ha venido renovando sus sanciones cada 6 meses, lo que quiere decir que, si Hungría u otro país miembro impidiera la renovación en un momento determinado, los activos se descongelarían y el préstamo se caería.
Sin embargo, las discusiones sobre estas opciones se encuentran apenas en sus primeras fases y se estima que continúen luego de las vacaciones de verano. Aunque la condición de la unanimidad seguirá presente.
El pasado mes de febrero la Unión Europea aprobó el decimotercer paquete de sanciones contra el Kremlin. Los países del bloque comunitario dieron luz verde a esas nuevas sanciones a los pocos días de haberse cumplido el segundo aniversario del comienzo de la invasión de Ucrania.
Dicho paquete representa uno de los más amplios que hayan sido aprobados por la UE contra Rusia. El nuevo conjunto de sanciones fue aprobado formalmente el pasado 24 de febrero. Esta vez fue la primera ocasión en que se apuntó a empresas en China continental que eran sospechosas de ayudar a Moscú a apoderarse de artículos prohibidos.
Las sanciones se centraron especialmente en la lucha contra la elusión y para perseguir a compañías de todo el mundo que han sido acusadas de proporcionarle a Moscú productos militares fabricados en la Unión Europea y tecnología avanzada.