El Niño es un fenómeno natural que aumenta la temperatura del planeta, y este año coincidirá con el calentamiento que experimenta la Tierra. Por esta razón los científicos están pendientes de lo que pueda suceder con el clima mundial.
Este 2023, El Niño enciende todas las alarmas
Durante este año todas las alarmas se han encendido ante lo que pueda ocurrir con el clima mundial. La más que probable llegada de un episodio del fenómeno natural “El Niño”, puede aumentar las temperaturas en todo el mundo de manera nunca antes vista.
En el verano de este año nuestro planeta podría elevar su temperatura hasta el umbral crítico; es decir, 1,5 grados por encima del nivel preindustrial.
Los expertos están en alerta este año especialmente, debido al claro debilitamiento de “La Niña”; este fenómeno ha venido enfriando los termómetros de la Tierra de los últimos años. Pero ahora, las probabilidades son cada vez más altas (rondando ya el 60 %) de que el Pacífico se encuentre dominado por El Niño a partir del verano de 2023.
En la actualidad los meteorólogos vigilan el ciclo natural de El Niño-Oscilación del Sur, ENOS, ante un probable incremento de la temperatura mundial, por encima incluso del aumento que se registró durante el año 2022.
Tres años dominados por La Niña, ahora le toca a El Niño
Ya son tres años consecutivos que La Niña viene condicionando el clima de la Tierra. Al respecto, José Miguel Viñas, un meteorólogo y divulgador científico, explicó que, el primer evento apareció en 2020 y después se enlazó con otros 2 que han estado modulando el clima hasta la actualidad. Pero en estos momentos Las Niña está mostrando claros indicios de debilitamiento y no se descarta que El Niño, al hallar el terreno libre, le tome el relevo y regrese con mayor fuerza, agregó Viñas.
El Niño y La Niña son fenómenos que modulan el clima del planeta desde el océano Pacífico. En el caso de La Niña, este fenómeno tiende a enfriar las aguas de ese océano y, por consiguiente, el resto de la Tierra.Mientras que El Niño tiende a hacer lo contrario, es decir, calentar el Pacífico.
El fenómeno se va repitiendo de forma cíclica, y se va intercalando con lapsos de condiciones neutras. Cada uno de ellos puede durar entre dos y siete años.
Durante este año se tienen todas las condiciones para que el 2023 se convierta en un año de transición desde La Niña al Niño, pasando por un período neutro. Los grandes centros internacionales que se encargan de monitorear el ciclo ENOS ya han realizado sus predicciones.
En un primer momento, el trimestre compuesto por febrero, marzo y abril tiene por lo menos el 80 por ciento de probabilidades de volver a tener condiciones neutrales de temperatura en el océano Pacífico. Lo que aún no está del todo claro, es lo que ocurrirá a partir de este verano.
¿Cuándo la temperatura aumentará los 1,5 °C?
Los modelos probabilísticos pronostican el regreso del Niño para la segunda mitad de 2023, con una probabilidad por encima del 50 por ciento. Cuando lo acostumbrado es que este porcentaje se ubique entre el 25 % y el 50 %. Y a pesar de que por ahora estos modelos deban “cogerse con pinzas”, los meteorólogos ya están advirtiendo que, de producirse la llegada del Niño, es probable que se alcancen temperaturas globales 1,5 °C por encima del periodo preindustrial.
Recordemos que los 1,5 °C es el tope que el Acuerdo de París estableció como umbral crítico de temperatura dentro del contexto de cambio climático. Además, este es el límite que los países se comprometieron a no rebasar a final de siglo.
Sin embargo, los que suscribieron el acuerdo también estaban conscientes de que podría haber años puntuales en los que se iba a superar el umbral inevitablemente.
En este sentido, Viñas recalcó que, lo más importante de ese pacto es que abogaba por estabilizar la temperatura en los 1,5 °C antes de 2030. A pesar de ello, no deja de ser relevante que el planeta pueda alcanzar ese límite 8 años antes de la fecha establecida, reflexionó el experto.
Aunque lo que más llama la atención de los meteorólogos es que, en un periodo en que el frío tendría que haber sido más notorio, lo que se ha observado en la mayoría de las regiones del mundo es el calor intenso.
Salvados por La Niña
Así, en el 2022 se batieron récords de temperatura en todas partes del planeta. Tal como lo recoge el informe “Clima Global 2022” elaborado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus, donde se especifica que durante ese año la temperatura media se ubicó 0,3 °C por encima de la temperatura del periodo comprendido entre 1991 y 2020, y 1,2 °C por encima de la que fue registrada en el periodo preindustrial, entre 1850 y 1900.
De esta forma, el año pasado se convirtió en el octavo año consecutivo con registro de temperaturas más de 1 °C por encima de las temperaturas del nivel preindustrial, con registros que se ubicaron más de 2 °C por encima de la media del periodo 1991-2020 en zonas del norte de Siberia y a lo largo de la Península Antártica.
A lo que Viña comentó que, si no hubiera existido La Niña en 2022, probablemente estaríamos hablando de un aumento de temperaturas globales que ya superaría los 1,4 °C y no de los 1,2 °C actuales, dijo aludiendo al efecto de enfriamiento que conlleva La Niña.
Ciertamente, este incremento de temperatura no ha sido uniforme en todo el planeta. La Niña provocó un descenso de temperaturas en el Pacífico, lo que ocasionó que América del Sur y Australia fueron más frías que el promedio durante el año pasado.
Se avecinan terribles olas de calor
Hablemos de las consecuencias que acarreará la llegada de El Niño. Por un lado, las anomalías térmicas serán probablemente más elevadas de lo que han sido en los últimos años. Lo que supondrá un incremento de olas de calor y un impacto mayor de los ciclones tropicales y tormentas. Por esta razón, la Tierra se podría enfrentar a unas temperaturas sin precedentes durante el 202. Aunque los expertos insisten en que, de momento, todo son solo predicciones y es preciso continuar vigilando para entender mejor el fenómeno global.
Por otro lado, una investigación científica acaba de alertar de que El Niño podría provocar un deshielo irreversible de las plataformas y las placas de hielo en la Antártida. El estudio de la agencia científica del Gobierno de Australia (CSIRO) concluyó, luego del análisis de 31 modelos, que los crecientes cambios en El Niño se van a traducir en una disminución de la temperatura de las aguas superficiales, pero en un aumento de la temperatura de las aguas submarinas.
Wenju Cai, el autor principal de este estudio explicó que, esta nueva investigación muestra que si este fenómeno se torna más intenso puede acelerar el calentamiento de las aguas profundas de la plataforma antártica, provocando que las plataformas y las capas de hielo se derritan más rápido.
En definitiva, la comunidad científica se encuentra en total alerta ante lo que pueda ocurrir en los próximos meses. Pero todo indica que este año se volverán a ver titulares muy llamativos en lo que se refiere al clima.