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El plan de verter de forma gradual alrededor de un millón de toneladas de agua tratada proveniente de la central nuclear japonesa de Fukushima ha dividido las posiciones entre gobiernos y científicos.
Aguas residuales de la accidentada central nuclear de Fukushima Daiichi
El pasado jueves 24 de este mes el Gobierno de Japón confirmó y le puso fecha a una de las decisiones más esperadas por muchos, comenzar a verter las aguas residuales de la central nuclear de Fukushima en el océano Pacífico.
Hay que destacar que no se trata de la clase de aguas residuales que corren desde las calles de las ciudades hasta los desagües. Estas son aguas residuales nucleares tratadas usadas para refrigerar los reactores dañados localizado en la central nuclear de Fukushima Daiichi, instalaciones que fueron afectadas por un terremoto y un tsunami hace más de doce años.
El Gobierno japonés aseguró que las aguas residuales, que llevan un isótopo radiactivo denominado tritio y probablemente otros restos radiactivos, serán completamente seguras. Pero las naciones vecinas y otros expertos piensan que representan una amenaza para el medio ambiente que durará varias generaciones y puede llegar a impactar a los ecosistemas hasta de Norteamérica.
Un terremoto y un tsunami destruyeron la central nuclear de Fukushima
Luego de que ocurriera un terremoto de magnitud 9.1 en la costa este de la principal isla japonesa el 11 de marzo del año 2011, un par de olas de tsunami cayeron sobre la central nuclear de Fukushima. En el momento en que 3 de sus reactores se fundieron, los operadores empezaron a bombear agua de mar para poder enfriar el combustible derretido.
Ha pasado más de una década de ese suceso y el proceso de refrigeración que aún se mantiene en la central nuclear produce aproximadamente 130 toneladas de agua contaminada por día.
Desde la catástrofe, se han recogido, tratado y almacenado alrededor de 1.3 millones de toneladas de aguas residuales nucleares dentro de un conjunto de tanques de la central. De acuerdo con el Gobierno de Japón, el espacio de almacenamiento se encuentra cerca de colmarse, por lo que no queda otra opción que comenzar a echar estas aguas residuales al océano Pacífico.
¿En qué consiste el plan del Gobierno japonés?
El Gobierno declaró que el plan que tiene para verter las aguas residuales nucleares al océano consiste en liberarlas de forma gradual a lo largo de los próximos treinta años. Sin embargo, algunos expertos aseguran que podría llevar más tiempo, debido a la cantidad de agua contaminada que continúa produciendo en la central nuclear de Fukushima.
Por otro lado, el Organismo Internacional de Energía Atómica, el OIEA (la instancia de vigilancia nuclear de Naciones Unidas) está evaluando la seguridad del plan japonés, varios vecinos de Japón critican la propuesta por considerarla unilateral y peligrosa.
Mientras que un alto funcionario de la República Popular China calificó el plan japonés como un riesgo para toda la humanidad y acusó al Gobierno de Japón de usar el Pacífico como una cloaca. El director del Foro de las Islas del Pacífico, una instancia que representa a 18 países insulares, lo calificó de caja de Pandora.
El pasado 15 de mayo, el líder de la oposición de Corea del Sur se burló de las declaraciones de los dirigentes japoneses acerca de que el agua es lo bastante segura como para beberla. El surcoreano dijo que, si es lo bastante segura para beberla, Japón la debería usar como agua potable.
Todo lo que se vierta en el Pacífico frente a la central nuclear de Fukushima se moverá hasta otros lugares
Sobre este asunto los científicos de Estados Unidos sienten temor de que la vida marina y las corrientes del océano puedan transportar isótopos radiactivos dañinos por todo el Pacífico.
Robert Richmond, quien es director del Laboratorio Marino Kewalo de la Universidad de Hawái y asesor científico del Foro de las Islas del Pacífico; dijo acerca del plan de vertido de Japón que se trata de un acontecimiento transfronterizo y transgeneracional. Y que todo lo que sea liberado en el océano frente a la isla de Fukushima no se va a quedar en un solo sitio.
El experto hizo referencia sobre investigaciones que demuestran que los radionucleidos y restos que fueron liberados en el accidente inicial de la central nuclear de Fukushima fueron detectados muy rápido a 8500 kilómetros de distancia de la costa de California (EEUU). Los componentes radioactivos de los vertidos de estas aguas residuales nucleares podrían volver a expandirse por el Pacífico, explicó Richmond.
También los peces pueden propagar los radionucleidos de la central nuclear de Fukushima
Los radionucleidos podrían transportarse a través de las corrientes del océano, en especial la corriente de Kuroshio que atraviesa el Pacífico. Las criaturas marinas que migran enormes distancias también podrían expandirlos. Una investigación del año 2012 refiere pruebas inequívocas de que el atún rojo del Pacífico que portaba radionucleidos provenientes de Fukushima llegó a la costa de San Diego, en los Estados Unidos, durante los 6 meses posteriores al accidente de la central nuclear.
Durante el mes de diciembre del año pasado, la Asociación Nacional de Laboratorios Marinos de Estados Unidos, publicó una declaración en la que se oponía al plan de vertido de aguas residuales nucleares de Japón.
El organismo hacía referencia a la falta de datos científicos adecuados y precisos que respaldaran las declaraciones de seguridad del Gobierno japonés. Los vertidos, de acuerdo con la Asociación Nacional de Laboratorios Marinos de Estados Unidos, pueden amenazar la mayor masa de agua continua de la Tierra, que contiene la mayor biomasa de organismos del planeta, incluido el setenta por ciento de la pesca mundial.
No moriremos
Por su parte, Ken Buesseler, radioquímico marino y asesor del Foro de las Islas del Pacífico, señaló que hay que ver estos vertidos con perspectivas. Cuando ocurrió el vertido accidental de materiales radioactivos de Fukushima al océano en 2011, comparativamente ese fue un vertido masivo. Sin embargo, los niveles detectados frente a la costa occidental de Norteamérica resultaron millones de veces inferiores a los niveles máximos frente a las costas japonesas, que resultaron peligrosamente altos durante los primeros meses de aquel año, agregó Buesseler.
Y debido a que el tiempo y la distancia reducen los niveles de radioactividad, Buesseler dijo que no cree que las emisiones destruyan de manera irreparable el Pacífico. Y aseguró que no vamos a morir. Esta no es esa situación. Aunque señaló que eso no significa que no nos debemos preocupar.
Buesseler dijo que los tanques del parque de las aguas residuales nucleares almacenadas contienen diversos niveles de isótopos radiactivos como tritio, cesio-137 y estroncio-90. Y se preguntó hasta qué punto es eficaz dicho sistema de filtración de aguas para eliminar por completo los elementos radiactivos de los tanques.
La compañía TEPCO, dueña y operadora de la central nuclear de Fukushima, usa un sistema, de acuerdo con el OIEA, que es capaz de eliminar 62 clases distintas de isótopos radionucleidos, a excepción del tritio.
Y un vocero de la empresa declaró a través de un correo electrónico que el impacto de los vertidos de aguas residuales sobre el público y el medio ambiente será mínimo. Todas esas aguas serán repetidamente purificadas, muestreadas y analizadas otra vez para confirmar que las concentraciones de radionucleidos están por debajo de las normas reguladoras antes de ser vertidas al océano.