Sabias que existe mucha diferencia entre un huracán, un tifón y un ciclón. Todos estos son fenómenos meteorológicos que azotan zonas del planeta dejando destrucción a su paso, algunos más terribles como fue el caso del huracán Katrina que provocó uno de los mayores desastres naturales de los Estados Unidos en agosto de 2005.
La fuerza de los huracanes, uno de los fenómenos naturales más destructivos
Durante los últimos días del trágico agosto del año 2005, el huracán Katrina causó uno de los mayores desastres naturales de la historia de los Estados Unidos. Después de haber transcurrido 16 años de aquella tragedia, el huracán Ida destrozó la costa sudeste de Luisiana (EEUU) con vientos de más de 240 km/h. En términos meteorológicos, el pasado 2020 fue un año histórico, ya que la tormenta Theta convirtió la temporada de huracanes en la más activa desde que se llevan registros.
Un estudio de 2020, que fue publicado en la revista “Nature”, hizo un completo análisis de los huracanes que han impactado a América del Norte entre 1967 y 2018. La investigación reveló que, en los años de la década de 1960, los huracanes perdían un 75 % de su fuerza durante el primer día luego de tocar tierra. En la actualidad, la fuerza de un huracán que toca la costa suele decaer solo un 50 % durante el primer día, de acuerdo con el estudio.
En la última semana de agosto de 2022, fue detectada una tormenta (bautizada como huracán Danielle) en el Atlántico Norte en dirección al este, hacia la costa occidental de Europa. La Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, de España no demoró en rebajar al mínimo las posibles consecuencias del fenómeno al tocar suelo español. A través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter del 3 de septiembre, la AEMET aseguró que el huracán Danielle se movía lentamente hacia el oeste de Azores sin intensificarse, ya que hacía aflorar aguas profundas frías. A partir del día miércoles Danielle se desplazaría, debilitándose, en dirección nordeste.
Un huracán, un tifón y un ciclón ¿Se trata del mismo fenómeno meteorológico?
Las cicatrices y consecuencias que dejan los huracanes al llegar a tierra pueden durar años, hasta décadas. Por ejemplo, en Puerto Rico se usa la frase “en María” para referirse a los largos y terribles meses que los habitantes de la isla tuvieron que soportar durante las secuelas del peor desastre natural que ha sufrido el país caribeño en su historia moderna, ocurrido en el año 2017.
Al escuchar hablar de fenómenos, seguramente hayas oído hablar de distintas denominaciones, como un huracán, un tifón y un ciclón. Pero, ¿son el mismo fenómeno meteorológico? No te has preguntado ¿cuándo y dónde ocurren estos fenómenos naturales? ¿Po qué existen nombres diferentes? Nos vamos adentrar en la ciencia para responder estas preguntas.
Los huracanes, un tifón y un ciclón, todos forman parte de un sistema tormentoso, pero depende del lugar donde ocurran
Los tifones, los ciclones y los huracanes son el mismo fenómeno meteorológico, forman parte de un sistema tormentoso. No obstante, los expertos denominan a estas tormentas de diferentes modos según el sitio donde se producen. Cuando un huracán, un tifón y un ciclón se producen en el Atlántico norte, en la parte nororiental del Pacífico y en el Caribe, son denominados “huracanes”. Este término viene dado por “Hurrican”, el dios caribeño del mal. Cuando estas tormentas se desarrollan en la zona noroccidental del Pacífico, son llamadas “tifones”.
Ahora bien, si estas tormentas tienen lugar en la parte suroriental del océano Índico o en el océano Pacífico suroeste, se denominan “ciclones tropicales graves”, mientras que en la parte suroccidental del Pacífico se les conocen simplemente con el nombre de “ciclones tropicales”.
Para entrar en la clasificación de ciclón, huracán o tifón, los vientos de una tormenta deben llegar a las velocidades de al menos 119 km/h. Si los vientos de un huracán alcanzan los 179 km/h, sube a la categoría de “huracán intenso”. Por su lado, si un tifón alcanza vientos de 241 kilómetros por hora, se transforma en un “supertifón”.
También depende de la estación del año
La temporada de huracanes del océano Atlántico empieza el primero de junio y se extiende hasta el último de noviembre, mientras que las estaciones de ciclones y tifones siguen patrones un poco diferentes.
En la zona del Pacífico nororiental, la estación oficial empieza el 15 de mayo y termina el 30 de noviembre. En el Pacífico noroccidental, estas tormentas son más frecuentes entre finales del mes de junio hasta los últimos días del año. Y, por último, el océano Índico abre la temporada de ciclones durante el mes de abril y finaliza en diciembre.
Llámese como se llamen estos eventos meteorológicos, estas tormentas devastadoras son fenómenos naturales muy intensos capaces de provocar graves daños, como hemos comprobado luego de los últimos huracanes.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de la NOAA en Estados Unidos, el diámetro medio del ojo de un huracán (el centro del huracán, donde la temperatura es más alta y la presión es más baja) puede extenderse hasta 48 km. Tanto es así, que el huracán Irma alcanzó prácticamente estas dimensiones, aunque se han registrado algunos ojos de doscientos kilómetros de ancho.
Las tormentas más intensas, que entran en la categoría 5 de acuerdo con la escala Saffir-Simpson, registran vientos sostenidos que sobrepasan los 250 km/h (Irma registró vientos sostenidos de hasta trescientos kilómetros por hora).
La predicción de un huracán
Con la ayuda de modelos por ordenador y satélites, los científicos tienen la capacidad de predecir estas tormentas con varios días de anticipación y son relativamente fáciles de hacerles seguimiento. No obstante, en ocasiones predecir la trayectoria de un tifón, un ciclón o un huracán puede ser bastante complicado, como lo prueban los diferentes modelos de predicción de la trayectoria del huracán María.
Un estudio de 2018 que fue publicado en la revista “Scientific Reports”, mostró que, durante 2 décadas, los patrones de migración de los zorzales, también llamados zorzalitos rojos o zorzales colorados migratorios, desde Delaware (EEUU) hasta América del Sur predijeron con precisión la intensidad de la temporada de huracanes de la cuenca atlántica. En los años malos, los pájaros terminaban su temporada de cría antes y se dirigían a Sudamérica temprano, y en los años mejores, las aves se quedaban en el este de Norteamérica durante más tiempo.
¿Cómo influye el calentamiento global?
En los últimos años, los científicos vienen debatiendo si el calentamiento global antropogénico es el responsable de provocar que los huracanes se produzcan con mayor frecuencia o sean más intensos.
En teoría, el incremento de las temperaturas en la atmósfera terrestre produce un calentamiento de la temperatura de la superficie del mar que a su vez sirve para generar huracanes más fuertes.
La cantidad de huracanes de categoría 4 y 5 en todo el planeta prácticamente se duplicó entre inicios de la década de 1970 y comienzos del siglo XXI. Por otro lado, tanto la duración de los ciclones tropicales como la velocidad máxima de sus vientos se han elevado aproximadamente un cincuenta por ciento en los últimos cincuenta años. Muchos expertos comienzan a hablar de que cada vez estamos más cerca de experimentar el primer huracán de categoría 6.
Dentro de una temporada de huracanes normalmente se produce una media de doce tormentas y, a menos de 2 meses de terminar la temporada del año 2017, ya se habían producido once.
Pese a todo, no existe consenso científico a la hora de vincular el cambio climático a estas tormentas, ya que no hay pruebas suficientes.
El informe de 2012 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, señaló que es probable que se observe un aumento de la velocidad máxima media de los vientos de un ciclón tropical, aunque estos incrementos podrían no suceder en cuencas oceánicas. Es probable que la frecuencia a nivel mundial de los ciclones tropicales o bien disminuya o permanezca sin cambios, afirmó el informe.