La histórica sequía ocurrida este 2022, solo es una parte de la historia: nuevos descubrimientos muestran una alarmante disminución del agua dulce en los acuíferos de Europa.
Una “Piedra del Hambre” que advierte sobre la terrible disminución del agua dulce en el planeta
Durante este año, en el momento en que la sequía acabó con ríos y embalses de todo el continente europeo, aparecieron desde las profundidades sombrías terribles advertencias del pasado. “Wenn du mich siehst, dann weine”, anunciaba la inscripción de una “Piedra del Hambre” que quedó expuesta en una orilla del río Elba, localizado en la República Checa: “Si me ves, entonces llora”.
Pero, a pesar de lo muy mala que pareciera la sequía en la superficie, un análisis realizado por satélite capaz de calcular la disponibilidad de agua dulce en Europa desveló que “lo que es todavía peor es la historia de las aguas subterráneas que nosotros no podemos ver”, aseguró Jay Famiglietti, hidrólogo y director del Instituto Global para la Seguridad del Agua perteneciente a la Universidad canadiense de Saskatchewan.
El hidrólogo y su equipo analizaron 2 décadas de datos de las misiones por satélite de los Estados Unidos y Alemania denominadas GRACE, para investigar sobre el ritmo de cambio del agua dulce almacenada en Europa.
Los satélites gemelos que conforman GRACE, lograron rastrear los cambios en la gravedad para medir las grandes reservas de agua dulce, como las que se encuentran debajo de la superficie en acuíferos, también las que fluyen en ríos y lagos y las que se congelan en los glaciares y las capas de hielo. Entre mayor es la masa de agua, también es más grande la atracción gravitatoria.
Un constante agotamiento del agua dulce
Famiglietti afirmó que, los resultados de las investigaciones muestran un constante agotamiento de los acuíferos, los que representan las capas porosas de roca y suelo que almacenan la mayor cantidad de agua dulce no congelada de la Tierra; entre 2002 y 2022. Con pocas excepciones, como el caso de Escandinavia, la mayor parte de Europa pierde anualmente mucha más agua subterránea de la que repone mediante las lluvias y otras recargas.
Los expertos calcularon que la pérdida media de agua en el continente ha sido de ochenta y cuatro gigatoneladas al año desde comienzos del siglo XXI (un gigatón equivale a mil millones de toneladas de agua). De acuerdo con Famiglietti, esta es una cifra alarmante, practicamente igual a toda el agua del lago Ontario o 5 veces el caudal medio anual del río Colorado que recorre el Gran Cañón. La escala es casi imposible de asimilar. Y es que esta es la escala a la que se viene produciendo el cambio climático.
Y está muy clara la causa subyacente, aseguró el hidrólogo. Muy poca agua en algunos sitios y demasiada en otros. El agua es el mensajero portador de las malas noticias del cambio climático que las transmite a la población de todas partes del mundo. Sin embargo, la excesiva extracción de agua del subsuelo desempeña un rol determinante en las pérdidas.
Urge una mejor gestión de los acuíferos
El bombeo excesivo de los acuíferos y el cambio climático se encuentran unidos por un nudo muy duro. Mientras que las sequías severas son más frecuentes, el sector agrícola, industrial y los usuarios urbanos bombean más agua desde mayores profundidades para poder compensar el calor récord y la falta de lluvia.
En la actualidad los acuíferos no tienen la capacidad de recuperarse como en el momento que regresaron las lluvias después de sequías históricas como las marcadas en las Piedras del Hambre de la antigua Bohemia.
La hidrogeóloga Alice Aureli, quien trabaja en París y es jefa de sostenibilidad de las aguas subterráneas y cooperación en materia de agua de la UNESCO; señaló que, GRACE y otra serie de modelos son una parte importante de la creciente y urgente necesidad de entender y gestionar mejor los acuíferos.
La sequía vivida en 2022 ha sido la peor de los últimos quinientos años, de acuerdo con los científicos de la Comisión Europea. Aureli afirmó que, el espectro de la escasez ha causado temor hasta en los países con abundancia de agua. Y que, desgraciadamente la gente solo actúa en el momento en que siente miedo.
Esta es mi agua dulce
Aurelí aseguró que, sea desde el espacio o desde una cuadrícula de kilómetros cuadrados, si eso sirve para ayudar a las personas a ver el destino de las aguas subterráneas es de vital importancia para salvarlas.
Muy diferente de los ríos, donde lo que sucede aguas arriba es obvio para los que habitan aguas abajo, el flujo de las aguas subterráneas puede ser alterado y cambiar de manera sutil y sorprendente. Además, hay un sentimiento de protección que considera “que esta es mi agua, y nadie puede mirar lo que tengo, por lo tanto ¿por qué debería decírselo? Esta puede ser mi reserva”, dijo la experta.
La hidrogeóloga señaló que, esa invisibilidad y ese misterio provocaron que la fuente de agua dulce disponible más importante en todo el mundo estuviera fuera del alcance de la mirada y de la mente por muchísimo tiempo. Sin embargo, la emergencia de la sequía de 2022 puso de manifiesto la urgencia de proteger mejor el agua ante una escasez que puede llegar a desecar las cosechas de granos en Italia, clausurar importantes arterias de navegación en Alemania y cerrar reactores nucleares en Francia.
Nadie quiere hablar de las aguas subterráneas
Los gobiernos pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas se están reuniendo constantemente para tratar sobre las grandes crisis como el cambio climático. El mes pasado lo hicieron en la COP27 de Egipto y este mes lo harán en la COP15 que será celebrada en Montreal (Canadá) para tratar la pérdida de biodiversidad.
Pero los Gobiernos miembros de la ONU no se ha puesto de acuerdo para reunirse con la intención de negociar acerca del agua en casi medio siglo. La experta asistió a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua que se llevó a cabo en Mar de Plata, en Argentina, en 1977 cuando era una estudiante de apenas 18 años, y allí observó que casi nadie habló de aguas subterráneas.
Otra historia se vivirá en la primavera del próximo año, cuando la ONU celebre su segunda gran conferencia intergubernamental sobre el agua, que se llevará a cabo en Nueva York (EEUU). Esta semana se celebrará en París, en la sede de la UNESCO una cumbre especial sobre las aguas subterráneas. La cual servirá como un adelanto para la cumbre de 2023, y se enfocará en cómo los países pueden compartir de mejor manera los acuíferos que comparten fronteras políticas.
En esa ocasión Flamilglietti presentará varios de los resultados de los nuevos satélites y defenderá la importancia que tiene el agua en la COP y otras negociaciones acerca del clima.
Aureli aseguró que, a diferencia de aquellos días en que las aguas subterráneas se encontraban rodeadas de misterio, en la actualidad se cuenta con datos suficientes.
Los países ricos tienen mucho que hacer
Los países ricos también tienen soluciones en sus manos, aseguró la hidrogeóloga danesa Karen Villholth, quien es directora de Water Cycle Innovation, que tiene su sede en Sudáfrica. Entre estas soluciones se encuentran la restauración ecológica, la gestión de la demanda y la recarga de acuíferos.
Por ejemplo, Dinamarca ha logrado reducir a la mitad el consumo de agua por ciudadano, de cerca de 200 litros diarios en los años 80 a cerca de 100 litros actualmente. El incremento del coste del agua y la apuesta por la reutilización, entre otras medidas de eficiencia han ayudado a marcar la diferencia.
Villholth aseguró que, las aguas subterráneas además podrían cambiar las reglas del juego de la justicia del clima. Ya que están sobreexplotadas en las naciones de renta alta y subdesarrolladas en las naciones de renta baja. A medida que las naciones ricas superan el derroche del agua dulce, pueden colaborar con los países de renta baja a desarrollar acuíferos para el abastecimiento mínimo de agua y las pequeñas compañías.
La experta se preguntó ¿por qué la mayoría de las naciones pobres, como en África, no cuentan con ayuda para el desarrollo de sus recursos de aguas subterráneas? Cuando no han sido ellas precisamente quienes han inducido un clima más cálido y hostil, señaló Villholth.
Sin embargo, como lo es con la negociación del clima, el mito de la abundancia de agua dulce continúa arraigado muy a pesar de las crecientes evidencias de lo contrario. Ningún otro conflicto hídrico reciente en Europa lo puede revelar mejor que la primera planta de fabricación de Tesla en el continente. En Alemania, al sureste de Berlín, la Gigafactory Berlin-Brandenburg se construye en un área acosada por el descenso del nivel de las agua subterráneas.