La contaminación lumínica cada vez afecta más a nuestra salud. A medida que las noches se han ido haciendo más luminosas, la lista de daños a la salud relacionados con la iluminación artificial ha crecido, incluyendo desde problemas de insomnio hasta el cáncer.
La ciencia reconoce que la contaminación lumínica ha crecido y está provocando más daño a la salud de la población mundial
En el esquema de la historia del ser humano en la Tierra, ocurrió hace relativamente poco tiempo cuando las personas aún pasaban las noches en la oscuridad, haciendo las tareas a la luz del resplandor de una hoguera o a la luz de la luna o, mucho más tarde, de las lámparas de queroseno.
En la actualidad, cerca de un 80 % de la población mundial experimenta altas condiciones de luz por la noche, debido al uso constante desde las brillantes bombillas exteriores hasta las pantallas y lámparas de las casas. La comunidad científica reconoce cada vez más que la excesiva contaminación lumínica puede tener graves consecuencias para la salud de la gente, desde provocarle insomnio hasta el cáncer de mama, o causar accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades.
Todavía no está claro el alcance completo de esta amenaza ni quiénes son las personas más susceptibles. Lo que los investigadores saben es que, de la misma manera que la luz artificial nocturna altera los procesos biológicos de la fauna salvaje, además interfiere en el sistema circadiano de la gente.
Al respecto, George Brainard, director del Programa de Investigación sobre la Luz de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia (EE.UU.), explicó que la mayor parte de la evolución humana ha consistido en días luminosos, tardes tenues y noches oscuras, y en realidad ahora la humanidad ha cambiado ese diferencial. A mucha gente le parecerá bien, pero a otras no.
Efectos sobre la salud provocados por la contaminación lumínica
La iluminación exterior ha venido aumentando de manera espectacular a lo largo de las décadas. Los lugares con buena iluminación han aumentado su luminosidad a una velocidad de más del 2 % anual en los últimos años.
Varios mecanismos de alguna forma explican los efectos de la luz artificial en la salud de la gente. Por la noche, la luz puede provocar falta de sueño, que en sí este problema representa un riesgo de muchas enfermedades. Además, reduce la producción en el organismo la producción de melatonina (hormona del sueño segregada por la glándula pineal en condiciones de oscuridad que tiene propiedades antiinflamatorias e inhibidoras de tumores). También interrumpe los ciclos diarios de la comunidad microbiana que habita en los intestinos.
Nuestros ojos perciben la luz por medio de los cono y los bastones de la retina y de las neuronas especializadas denominadas células ganglionares de la retina que son intrínsicamente fotosensibles. Dichas células nerviosas se encargan de sincronizar los ritmos circadianos, con lo que contribuyen en la liberación de melatonina y se comunican con los neurotransmisores que están distribuidos en el cerebro.
En relación a los LED, estos representan un verdadero problema relacionado con la contaminación lumínica. La iluminación exterior se filtra en las casas desde las vallas publicitarias iluminadas, los rótulos de las tiendas, las farolas en las calle y la iluminación de seguridad de los edificios. En las zonas más rurales, las chimeneas de gas natural y las redes de transporte iluminan todo el cielo. Los satélites han medido que estas zonas producen más del cincuenta por ciento de la luz nocturna, según un estudio sobre la contaminación lumínica que fue publicado la primavera pasada.
El daño causado por las bombillas de diodos emisores de luz (LED)
La otra fuente fundamental de exposición nocturna es la iluminación interior, es otro tipo de LED que provoca daños. Sobre todo las pantallas brillantes que la mayoría de las personas tienen en sus hogares procedentes de tabletas, teléfonos celulares, ordenadores, televisores y otros aparatos.
La iluminación exterior e interior en la actualidad proceden cada vez más de las bombillas de diodos emisores de luz (LED) que fueron introducidas a inicios de la década de 2000 para minimizar el consumo de energía. Distinto a las bombillas incandescentes de luz ámbar y longitud de onda más larga, los LED emiten más luz azul de longitud de onda más corta que puede provocar daños a la salud.
Mario Motta, cardiólogo jubilado que formó parte del Consejo de Ciencias y Salud Pública de la Asociación Médica de Estados Unidos, grupo que llamó la atención sobre el peligro que representa la contaminación lumínica hace más de diez años; dijo que vatio por vatio, la luz azul produce diez veces más efectos de supresión de melatonina que la roja.
Un asunto de justicia ambiental
El impacto de un exceso de luz nocturna se viene agravando por la falta de exposición suficiente a la luz del sol durante el día, debido a que mucha gente trabaja en fábricas y oficinas sin ventanas. John Hanifin, neurólogo y director asociado del programa Jefferson, afirmó que existe un efecto acumulativo por no recibir las dosis apropiadas de luz solar y oscuridad que habríamos experimentado durante miles de años como humanos.
Travis Longcore, ecologista urbano de la Universidad de California (Estados Unidos), señaló que en algunos países, los sectores más desfavorecidos se encuentran especialmente en peligro, debido a las bombas de deslumbramiento de alta potencia que acostumbran colocar cerca de las casas. En un esfuerzo errado por detener la delincuencia, en Estados Unidos, estas comunidades están iluminadas con más intensidad que los barrios blancos. El experto manifestó que la iluminación excesiva representa un problema de justicia ambiental.
La contaminación lumínica y su relación con el insomnio y el cáncer
Un sueño placentero es más difícil de alcanzar ante la luz excesiva. Es más fácil conciliar el sueño si el dormitorio está oscuro. Una investigación publicada en enero pasado además halló que, entre los adultos chinos, la contaminación lumínica de las habitaciones hace que el sueño sea más fragmentado, lo que ayuda a reducir el tiempo total de sueño.
Con este tipo de alteración del ritmo circadiano el organismo puede aumentar los niveles de proteína C reactiva, este es un signo de inflamación, además de otros marcadores inflamatorios, de acuerdo con otra investigación china publicada en junio.
Los científicos además han señalado que la exposición excesiva a la contaminación lumínica también se relaciona con cánceres sensibles a las hormonas, en especial el cáncer de mama, próstata y colon; las investigaciones epidemiológicas muestran que quienes viven con los niveles más altos de luz excesiva tienden a tener tasas más elevadas de este tipo de cáncer.
Por otro lado, un trabajo del año pasado halló que los niños que vivían en zonas de California con luces exteriores brillantes corrían mayor riesgo de sufrir una forma de leucemia infantil.
Longcore, autor del estudio, dijo que el descubrimiento de la leucemia se une a un creciente cuerpo de investigación en epidemiología que vincula el cáncer, hasta cuando se controlan otros factores, a lugares con luz excesiva donde habitan las personas.
Otros efectos de la contaminación lumínica sobre la salud
Algunos estudios preliminares a menor escala hablan de la posibilidad de un mayor riesgo de diabetes, depresión y cardiopatías. Una investigación llevada a cabo durante la primavera de este año agregó también el ictus isquémico a la lista de posibles enfermedades provocadas por la luz excesiva.
También se ha planteado que la fertilidad puede verse afectada por esta misma causa. Las mujeres embarazadas que viven en zonas con más luz exterior por la noche pueden experimentar mayores tasas de partos prematuros, mientras que los hombre en zonas similares tienen peor calidad de esperma.
Las farolas muy brillantes también suponer un peligro para conducir autos. Y es que estas hacen que las pupilas se contraigan más que cuando estamos en entornos un poco más oscuros, explicó Motta. La luz roja se dispersa mucho meno en el ojo que la luz azul, y eso causa más deslumbramiento por descapacidad, agregó el experto. Lo que hace más difícil poder identificar a las personas o los objetos en la vía, de acuerdo con un artículo de revisión que fue publicado en “Science” en 2023.
Es recomendable bajar la luz
Después de años de inacción, la Sociedad de Ingeniería de la Iluminación (Illuminating Engineering Society) de la industria de la iluminación por fin se unió a los llamamientos en factor de una iluminación exterior más saludable en el año 2022. Lo que quiere decir que se debe limitar las longitudes de ondas azules, usar el nivel de luz más bajo que sea posible y utilizar pantallas en las bombillas que dirijan los rayos con mayor precisión.
Motta dijo que antes, las bombillas LED de 4000 Kelvin eran mucho más eficientes energéticamente que las LED de 3000 Kelvin, pero eso ya no es así.
El experto agregó que no todos los responsables de la toma de decisiones se han enterado. Y que el asunto es que muchos ingenieros de iluminación solo compran un manual una vez en su vida, por lo que están desfasado.
La revista “Science” también recomienda que otra cosa que debería hacer la gente es asegurarse de que sus propias casas sean menos luminosas por la noche apagando o atenuando las luces de la vivienda y de los jardines y porches.