El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el lunes 20 de enero, día de su juramentación como mandatario, dentro de sus primeras ordenes ejecutivas se encuentra la salida del país norteamericano del Acuerdo de París. Donald Trump ha decidido sacar a los Estados Unidos del acuerdo climático de la misma forma como lo hiciera en su anterior mandato.
¿Qué es el Acuerdo de París y por qué Estados Unidos acaba de abandonarlo?
El Acuerdo de París, convenio climático del que el presidente Donald Trump ha firmado recientemente la orden de salida de los Estados Unidos, es un tratado internacional sobre cambio climático, jurídicamente vinculante, que fue adoptado por cerca de doscientos países en diciembre de 2015 para limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2 °C, en comparación con los niveles preindustriales.
La decisión de salir del Acuerdo de París por parte del nuevo presidente de Estados Unidos, quien materializó su compromiso en una de las primeras órdenes ejecutivas a pocas horas de su investidura el pasado 20 de enero, no ha tomado por sorpresa a nadie, ya que la medida había sido anunciada con anticipación.
Sin embargo, la premura de Trump para ratificarla a tan poco tiempo de haber tomado posesión hace pensar que será ágil en la revisión de la política climática y energética de los Estados Unidos desde su nuevo cargo como presidente.
Y es que el nuevo mandatario estadounidense ya había anunciado medidas que se alejan de la lucha climática global y oscurecen el panorama ambiental con sus ideas en las que apuesta por los combustibles fósiles y la retirada de su apoyo a acciones verdes emprendidas por la pasada Administración de Joe Biden.
No obstante, la salida del Acuerdo de París no es una acción que podrá ser implementada de manera automática, debido a que técnicamente lleva un año desde que se hace la notificación de abandonar el mismo de forma oficial por Estados Unidos a Naciones Unidas para que la medida pueda ser ejecutada.
Esta no es la primera vez, ya Donald Trump en su mandato anterior había ordenado la salida de los Estados Unidos del Acuerdo de París.
El Acuerdo de París busca combatir el cambio climático y el calentamiento global
Desde la entrada en vigor del Protocolo de Kioto en febrero del año 2005, se puso evidencia que era preciso trabajar para desarrollar un régimen climático mundial que permitiera el combate contra el cambio climático, que además incluyera a todas las naciones en los esfuerzos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
El Acuerdo de París fue un punto determinante en el compromiso de los países en la acción planetaria de mitigación del calentamiento global por parte de las naciones, al hacer un pacto que permitiera la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta lograr un mundo con clima neutro para medidos del siglo XXI.
Este tratado climático implicó que por primera vez existiera un acuerdo vinculante para que todas las naciones se unieran en una causa común para emprender esfuerzos realmente ambiciosos para el combate del cambio climático y la adaptación a sus efectos.
El principal objetivo del Acuerdo de París es limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2 °C, preferiblemente a 1,5 grados Celsius, en comparación con los niveles preindustriales.
En el periodo comprendido entre julio de 2023 hasta diciembre de 2024, todos los meses excepto julio de 2024 sobrepasaron el umbral de 1,5 °C, aunque eso no quiere decir que se haya incumplido ya con el objetivo del Acuerdo de París, ya que tiene que superarse la temperatura de 1850 – 1900 al menos durante una década.
¿Qué representa el abandono de Estados Unidos del Acuerdo de París?
El país norteamericano destaca entre los principales emisores de gases de efecto invernadero solo superado por el primer contaminador del mundo, China, por lo que la orden del presidente Trump de dar marcha atrás al acuerdo mediambiental reaviva cuestionamientos sobre la lucha climática global y rol de las cumbres climáticas a nivel mundial.
En las cumbres climáticas mundiales, eventos que son celebrados cada año en diferentes países del mundo, las denomindas COP, se reúnen los máximos responsables políticos y gobernantes de cerca de doscientos países del mundo para establecer compromisos de disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.
En las COP las negociaciones se llevan a cabo a múltiples bandas considerando las necesidades globales del mundo y los esfuerzos particulares de las naciones para alcanzar los objetivos climáticos, que exigen criterios que provocan roces entre los países más o menos contaminantes y con o más recursos al momento de llegar a acuerdos.
Dicho modelo de negociaciones a nivel mundial del que la Unión Europea suele ser locomotora, tiende a enfrentar a naciones del norte y del sur del planeta en los compromisos para la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Ya son 30 años de cumbres climáticas, denominadas COP
En la última cumbre climática, la número 29, realizada Bakú (Azerbaiyán) previa a la que se hizo en Brasil, que marcará 3 décadas de historia de estas citas mundiales por el clima se avanzó en temas de financiación con el compromiso de aprobar un fondo de $ 300.000 millones destinados a financiar la acción climática en el sur del planeta.
La próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) será realizada en Brasil, lo que plantea una nueva oportunidad para el fortalecimiento de los compromisos adquiridos y garantizar que la acción climática se mantenga en el foco de las políticas mundiales, en la senda hacia un futuro verde y sostenible.
Cada 5 años, por lo que será el turno en este año, todos los países deben comunicar y mantener Contribuciones Nacionalmente Determinadas (Nationally Determined Contributions o NDC, por sus siglas en inglés) o planes para combatir el cambio climático que deben incluir objetivos de disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.
Por otro lado, todos los países deben poner en marcha políticas y medidas nacionales para el alcance de dichos objetivos.
El Acuerdo de París reconoce la importancia de ir aumentando la ambición de los compromisos con objetivos cada vez más altos.
De igual forma, destaca la importancia de los ecosistemas como sumideros de carbono, en particular, los bosques, que se incluyen de forma explícita en el Acuerdo de París, y reconoce la posibilidad de usar mecanismos de mercado para cumplir con las metas que se marquen los países.
