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La incidencia de los fenómenos meteorológicos extremos se incrementa, al tiempo que la gente demanda cada vez mayores certezas en cuanto a la relación existente entre el cambio climático y el aumento del impacto de olas de calor, sequías, inundaciones, tormentas y DANAs.
¿Es imposible predecir la llegada de los fenómenos meteorológicos, como por ejemplo otra Filomena?
De manera tajante en una reciente entrevista con la televisión autonómica de Castilla y León, Jorge Rey afirmó que se espera que se pueda tener una segunda Filomena alrededor del 24 de enero de 2023.
Rey no es meteorólogo, solo cuenta con quince años y una frase, no a salvo de paradoja, que encabeza su perfil en Twitter: “Sin ciencia no hay futuro”. ¿Pero cuál sería la paradoja entonces? Que el método predictivo del jovencito, una técnica ancestral pastoril conocida como “las cabañuelas”, carece de todo fundamento científico.
Sin embargo, esto no ha sido óbice para que una gran cantidad de periódicos, televisiones y radios de ámbito nacional hayan entrevistado al joven Jorge Rey que, señalan, avisó con mucha anticipación de uno de los fenómenos meteorológicos más extremos que se recuerden en España este año. Se trata de la tormenta de nieve más espectacular que colapsó la capital del país y gran parte de España, de la que ahora Rey está anunciando secuela.
Este jovencito ha sido el único que se ha atrevido a hacer tamaña predicción. La única persona que ha detallado cómo se presentarán las precipitaciones y las temperaturas del próximo invierno, primavera y verano. Pero, ¿qué está ocurriendo entonces? ¿Es posible que la Agencia Estatal de Meteorología, AEMET, se haya quedado rezagada?
La realidad no es tan simple
No es tan sencillo, la meteorología tiene sus límites. Una vez superado un umbral, el cual se mide en días, no es posible predecir las condiciones específicas que se tendrán en una región y espacio temporal determinados. El meteorólogo jubilado del Cuerpo Superior de Meteorólogos del Estado y colaborador de la compañía de previsión Meteored, Francisco Martín; afirmó que, es imposible pronosticar los fenómenos meteorológicos como el tipo de “Filomena” con tanta anticipación y para un determinado día en concreto, “quién lo asegure está mintiendo”.
Durante este mes de noviembre, un proyecto perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, ha comenzado un proyecto para comprender cuál es el rol de la química ambiental como fuente para pronosticar los fenómenos meteorológicos.
El director del proyecto, Gabrile Chiodo, quien es investigador del CSIC en el Instituto de Geociencias y del ETH de Zúrich; en una nota de prensa del CSIC, explicó que, el acoplamiento entre circulación estratosférica y composición atmosférica no cuenta en la totalidad de modelos actuales usados para la predicción y solo se ha empleado en algunos de los modelos que han colaborado con el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC.
En la nota Chiodo también señaló que, al mejorar sus conocimientos sobre el rol de la composición química, el proyecto Soclim, Stratosoheric composition feedbacks in a changing climate: drivers and mechanisms; ayudaría a mejorar las predicciones de los fenómenos extremos.
Cómo se supo de Filomena una semana antes
Justo 7 días previos a que la histórica borrasca Filomena dejara a España completamente blanca, con capas de nieve de hasta cincuenta centímetros de grueso en la capital; la AEMET advirtió de la llegada de un fenómeno adverso y de alto impacto en la sociedad.
Martín explico vía telefónica que, por desgracia los expertos no pueden hacer más, este es el estado del arte actual, y no las predicciones que se fundamentan en levantar una piedra y medir su humedad.
El científico señaló que, en cuanto comiencen a hablar de vaticinios que se miden en semanas o en meses, la certidumbre va cayendo en picada. Se debe tener en cuenta que estas, llamadas previsiones probabilísticas de tendencias, se construyen en función a medias climatológicas que engloban todos los días que componen un mes o una estación. Lo que no implica que en uno o un par de días haya entradas de aire frías, como debe ser.
Con mucho cuidado en su discurso, Martín comparó la gestación de Filomena con el acopio de los ingredientes con los que se prepara una tortilla española, se necesitan buenas patatas, cebollas, huevos frescos. De igual forma pasó con esta tormenta. Este fenómeno extremo no se debió de manera exclusiva a la entrada de una masa de aire tropical, estaba presente aire frío estancado en capas bajas, frío en estratos altos y la propio Filomena, que llegó llena de humedad desde la zona subtropical. Con un prolongado recorrido por el océano Atlántico, se pasó por Canarias y llegó hasta la península.
Las matemáticas detrás de la previsión de fenómenos meteorológicos
Rubén del Campo, vocero de la AEMET, explicó que la previsión de una segunda tormenta como Filomena no es algo realista. Ni siquiera estaría bien emplear la palabra “previsión”, puesto que la AEMET trabaja con tendencias de previsión, fundamentadas en estadísticas y ecuaciones que anticipan cómo se va comportar una estación o un año con relación a la climatología.
En su publicación estacional más actual, la agencia pública ha adelantado que existen muchas probabilidades de que esta temporada de invierno sea relativamente más seca y cálida. Indicando que existe un sesenta por ciento de probabilidades de que los meses de noviembre, diciembre y hasta enero sean más cálidos de los normal en Baleares y en el tercio oriental de la península. Mientras que, en el resto del país, la probabilidad es del cuarenta y cinco por ciento. Del Campo aclaró que, como se puede ver los expertos siempre hablan en términos probabilísticos. Jamás van a dar nada por seguro. Eso es lo que ellos pueden hacer.
Del Campo explicó que, en relación a las lluvias, la falta de precisión y ausencia de certeza de la propia ciencia combinada con una serie de chubascos inesperados es capaz de convertir en papel mojado cualquier clase de tendencia de previsión que haya. A excepción de los días 29, 30 y 31 del pasado octubre, este mes de octubre se convirtió en el más seco de las últimas 4 décadas.
Mejor en el trópico que en España
Este experto dijo que, estos modelos estacionales funcionan mejor en regiones tropicales que en España. En estas altitudes nos encontramos a caballo entre las masas de aire polar provenientes del norte y las masas de aire cálido que vienes del hemisferio sur. Y que estos contrastes provocan que sea muy difícil conocer, en un periodo de 3 meses, la forma en que van a interactuar estas masas de aires, señaló del Campo.
La cuestión cambia en el momento en que ensancha la horquilla temporal, determinar cuál será el cambio en las condiciones medias a lo largo de las próximas décadas, eso sí esta al alcance de los meteorólogos, dijo Rubén.
Este experto reconoce que esto en ocasiones puede resultar paradójico para la gente corriente. Y dijo que, sin embargo, para esto existe una buena explicación. Los patrones encargados de determinar el clima a largo plazo no son los mismos que los que se encargan de determinarlo a corto plazo.
En el entorno del continente europeo, el próximo trimestre se encuentra determinado por parámetros como el fenómeno de la Niña, que se está generando en el Pacifico Oriental, o como la capa de nieve que puede entrar de Siberia. Mientras que, a largo plazo, el elemento central más determinante son los gases de efecto invernadero, explico Rubén.
¿Cómo influye el cambio climático en este tipo de fenómenos meteorológicos?
Fenómenos meteorológicos extremos como la tormenta Filomena, las olas de calor, las sequias extremas, no son accidentes anómalos producto del cambio climático. Se trata de algo que ha venido sucediendo siempre, señaló Sergio M. Vicente Serrano, quien es geógrafo del Instituto Pirenaico de Ecología, del CSIC.
Sin embargo, en la península ibérica y también en todo el mundo, existe mucha incertidumbre de que los eventos de fenómenos extremos térmicos van a ir en aumento tanto en frecuencia como en severidad, alertó el experto.
Chiodo explicó que, se conoce bien cómo factores antropogénicos, como son las emisiones de óxido de nitrógeno, metano y clorofluorocarburos, afectan a la capa de ozono y el vapor de agua estratosférico. Además, se conoce que ciertas condiciones meteorológicas, como el caso de una estratosfera polar más fría de lo normal, conduce a una destrucción masiva de ozono.
En España durante la última década, la vega del río Ebro se ha inundado 3 veces. Además, las olas de calor se han duplicado, mientras que las Danas se han vuelto mas frecuentes. El año 2005 se convirtió en el año mas seco desde que hay registros. Y el verano de 2003 fue el más caluroso nunca registrado. Sin embargo, es preciso insistir, no se puede establecer una vinculación causa-efecto entre fenómenos meteorológicos extremos y el calentamiento global.