Ahora no se trata del oro, la transición energética depende de los denominados minerales críticos como el litio o el cobalto. Estos elementos se concentran en un puñado de países y la actual limitada capacidad de extracción puede causar “cuellos de botella”y ralentizar la transición a energías renovables.
La transición energética como respuesta mundial al cambio climático
El mundo se está adentrando en la transición energética (una transición hacia las energías renovables), para olvidarse de los combustibles fósiles y los viejos problemas que estos conllevan, como la emisión de gases que provocan el efecto invernadero en el planeta; la inseguridad en el suministro o un precio volátil, cuyas consecuencias se han manifestado de una forma terrible con la guerra de Ucrania.
Para la construcción de molinos de viento, placas solares o automóviles eléctricos se necesita de los llamados minerales críticos, que son una lista de compuestos que cada nación considera fundamental para el funcionamiento de su economía, y cada vez más, para una transición energética imprescindible si se busca combatir el cambio climático.
Entre estos minerales se encuentran el cobalto, el níquel, el litio o las tierras raras. Estos materiales en muchos casos son escasos o bien con reservas poco explotadas. Sin embargo, en los últimos años han experimentado una gran explosión en su producción y en su utilización.
Según la AIE (Agencia Internacional de la Energía), un auto eléctrico requiere 6 veces más recursos minerales que un coche convencional. Un parque eólico requiere 9 veces más recursos minerales que una planta de gas natural.
La transición energética ya está dando sus primeros pasos
Hasta los momentos, ha habido suficientes materiales críticos para asegurar una transición energética que ya ha comenzado. Sin embargo, en el futuro no está muy claro si estos serán suficientes.
Alicia Valero, investigadora en minerales críticos en la Universidad de Zaragoza; aseguró que, tal y como se ha venido planteando la transición energética, no hay reservas suficientes. Se debería multiplicar por 4 las reservas de litio, más o menos lo mismo las de cobalto y cerca de 3 veces las de cobre, agregó Valero.
La investigadora dio el ejemplo del cobre, que es un material relativamente abundante, aunque también es muy usado en la producción eléctrica renovable y en vehículos eléctricos. Se espera que la demanda de cobre se duplique en 10 años. Lo que significa que se tendría que descubrir cada año una mina como la más grande que existe en el planeta, La Escondida localizada en Chile, explicó la experta.
Un cuello de botella que amenaza con ralentizar la transición hacia las energías renovables
Araceli Fernández Pales, directora de la Unidad de Innovación Tecnológica de la AIE; señaló que, no es tanto un problema de tener suficientes reservas geológicas, lo importante es el ritmo al cual se pueden explotar esas reservas que debe ser el mismo al que vaya creciendo la demanda tecnológica durante la transición energética.
La demanda de los minerales críticos no ha hecho más que subir a medida que han madurado las tecnologías verdes, y no dejará de hacerlo en los próximos años. Antes de llegar al 2030 la demanda se multiplicará entre 1,5 a 7 veces en cada uno de los 5 minerales críticos clave (cobalto, níquel, cobre, neodimio y litio), ante un escenario de emisiones netas 0 para el año 2050, de acuerdo con el último informe de la AIE.
Para poder satisfacer estos requerimientos, la capacidad de extracción tiene que expandirse muy rápido, en especial para el litio, resalta el informe. Sin embargo, abrir una mina puede demorar de 10 a 15 años desde el momento en que se identifica el yacimiento hasta que es explotada económicamente. Mientras tanto, va aumentando el riesgo de que el suministro de minerales críticos se torne en un importante cuello de botella dentro de la fabricación de tecnologías limpias, señala el informe.
La importancia de mantener los costes bajos
Lo que puede causar que los bajos precios de la energía eólica y solar de los últimos años, que hasta los momentos las han mantenido como competitivas en la generación eléctrica con relación a los precios de los combustibles fósiles; y, por ende, han hecho más fácil la transición energética, sufran más volatilidad y la consecuente ralentización de la transición.
Tanto así, el año pasado se vio cómo los precios de tecnologías como electrolizadores, baterías, turbinas eólicas o placas solares, han subido su coste, lo que es un cambio en la tendencia de varios años de bajas de los costes de producción, señaló Fernández Pales.
Y agregó que, todo va a depender de si este incremento en los costes, se mantiene en los próximos años o solo se trata de un año puntual. De momento, hay muchas inversiones que se están movilizando muy rápido. Lo que va a facilitar que estas tecnologías puedan mantener sus precios competitivos.
La producción mundial de litio y cobalto está en las manos de un puñado de países
Un pequeño grupo de países concentra la producción a nivel mundial. El litio y el cobalto están entre los treinta minerales críticos que contempla la Comisión Europea. Estos son materiales tecnológicos que se utilizan en las baterías de los autos. Por su parte, las tierras raras, se usan en las turbinas eólicas. Mientras que el galio y el indio, se emplean en la fabricación de placas fotovoltaicas.
El níquel no está incluido en esta lista, aunque si aparece en la de Estados Unidos, y también es clave en las baterías, o el cobre. Otras listas además incluyen el manganeso, el grafito o el zinc.
Por otro lado, estos materiales críticos tienen otro problema vinculado, están concentrados en un pequeño grupo de países.
Solo 3 países extraen el 90 % de la producción de litio. Mientras que la República Democrática del Congo posee la producción del 70 % de todo el cobalto que se usa a nivel mundial, según los datos manejados por el Servicio Geológico de Estados Unidos.
Valero aseguró que, el principal acaparador de materias primas es la República Popular China, ya sea porque las produce en su territorio o porque tiene total control sobre ellas. China produce el 60 por ciento de las tierras raras, un conjunto de diecisiete elementos de la tabla periódica entre los que están el disprosio y el neodimio, empleados en los imanes permanentes de la energía eólica.
Con relación a otros minerales que China no extrae, como el caso del litio, el país compra el concentrado en su origen y lo refina en su territorio para poder exportarlo al resto del mundo.
La importancia de las asociaciones estratégicas entre países
El informe de la AIE advierte que la alta concentración geográfica de la producción actual crea riesgos para la seguridad del suministro, por lo que considera como cruciales las asociaciones estratégicas entre naciones.
En este informe también se llama la atención acerca de los dilemas éticos de la extracción en países como el Congo. Donde se ha denunciado el trabajo infantil para la minería, a pesar de que los fabricantes de baterías requieren normalmente de un certificado de producción ética.
Además, la concentración de la producción de minerales críticos en pocas manos, puede generar tensiones geopolíticas importantes, según Rosa Palacín, investigadora en el Instituto de Ciencias de Materiales de Barcelona, experta en materiales para baterías.