La Ley de Restauración de la Naturaleza pretende reparar por lo menos el 20 por ciento de los ecosistemas terrestres y marinos degradados de la Unión Europea en el año 2030. Se estableció además que los países tendrán requisitos específicos para la corrección de la disminución de las especies polinizadoras.
Al fin la Unión Europea logra acuerdo político sobre Ley de Restauración de la Naturaleza
Este jueves la Eurocámara, la Comisión Europea y el Consejo de la Unión Europea han logrado un acuerdo político sobre la controversial Ley de Restauración de la Naturaleza. Este instrumento pretende recuperar al menos el 20 por ciento de ecosistemas terrestres y marinos afectados de la Unión Europea (EU) para el año 2030, y el cien por ciento para la mitad de siglo.
La ministra española para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, señaló que han logrado un acuerdo para la recuperación de aquello que les genera no solamente vida, sino también servicios económicos y sociales; para aquello que impacta en el bienestar de la gente y en la viabilidad de la mayor parte de las actividades, tanto incluida cómo no, la seguridad alimentaria, agregó.
Ribera además dijo que Europa se compromete no solo a la conservación y protección, sino también a la restauración de la naturaleza.
Teresa Ribera, en representación de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea viajó a Bruselas para liderar la negociación final entre los Estados miembro y el Parlamento Europeo, que contó con la ponencia del eurodiputado español César Luena del PSOE.
Tras la firma del acuerdo, César Luena declaró que, luego de 70 años de comenzar el proyecto europeo, van a contar con una política común de restauración de la naturaleza, que es tan importante porque no solo resuelve el estado de los ecosistemas que están dañados, sino que también sirve para la lucha contra los efectos del cambio climático.
Seguidamente la Ley de Restauración de la Naturaleza será sometida a la aprobación final del Parlamento Europeo y de los países miembros de la Unión Europea.
La restauración de los espacios de la red Natura 2000 es una prioridad en la Ley de Restauración de la Naturaleza
La nueva ley forma parte de un planteamiento que fue lanzado durante el mes de diciembre del año pasado por la Comisión Europea para acompasar el paso con los acuerdos sobre biodiversidad logrados en la COP15 de la ONU.
Como complemento de otros instrumentos legales de la Unión Europea, tales como la red Natura 2000 o las Directivas Hábitas y Aves, esta nueva ley busca repara al menos el veinte por ciento de los ecosistemas terrestres y marinos dañados de la UE durante este año y todos ellos para el año 2050 por medio de objetivos vinculantes.
El principal objetivo es revertir el daño de los hábitats naturales de la Unión Europea, el 81 por ciento de los cuales están clasificados en mal estado.
En el acuerdo final está contemplado que, hasta el año 2030, se le de prioridad a la restauración de los espacios de la red Natura 2000, la cual representa una de las muchas flexibilidades que se ha introducido para forjar un pacto realmente difícil.
Corregir la disminución de las especies polinizadoras en la UE
Por otro lado, el nuevo instrumento legal contempla que los países tendrán requisitos específicos para la corrección de la disminución de polinizadores y el objetivo de restaurar para el año 2030 el 30 por ciento de las turberas vaciadas para uso agrícola. Además de mantener la madera muerta en los bosques para poder mejorar la biodiversidad de los ecosistemas forestales. Y la no reducción de los espacios verdes urbanos, también la eliminación de las barreras artificiales de los ríos.
En cuanto al polémico escollo de la financiación, se acordó que la Comisión presentará un informe sobre los recursos financieros que se encuentran disponibles a nivel comunitario, de las necesidades y, si es procedente, que haga una propuesta para el aumento de la dotación dentro del presupuesto de la Unión Europea.
Y en favor de los agricultores europeos, Ribera explicó que la nueva ley permitirá suspender las medidas del reglamento hasta un año a causa de razones de emergencia no esperadas que impidan cumplir con algunos de estos objetivos en el tiempo previsto.
Demasiada polémica con la Ley de Restauración de la Naturaleza
No se esperaba que este instrumento legal fuera un expediente controversial, sin embargo, la ley de la naturaleza, a la que se opusieron desde el inicio las grandes explotaciones agrarias, bajo la representación de la plataforma Copa-Cogeca, se envenenó políticamente ante la proximidad de las elecciones al Parlamento Europeo que se llevarán a cabo a mediados del próximo año.
El alemán Manfred Weber, quien es líder del Partido Popular Europeo, transformó la futura ley en un arma arrojadiza contra la agenda verde de la Comisión Europea, con lo que se acercó bastante a los postulados de la extrema derecha coqueteando con el voto agrícola, en un tiempo en que cobran fuerza partidos o asociaciones agrarias en Polonia, Austria o Países Bajos.
La bancada del Partido Popular afirmaba que la ley representaba una amenaza para la seguridad alimentaria, que obliga a los campesinos a ceder parte de sus tierras para la preservación de la biodiversidad. Además de comprometer el despliegue de la infraestructura de energías renovables. Mientras que la extrema derecha insistía en que la ley es el producto del fanatismo climático.
Por su parte, los socialdemócratas, los verdes, los de izquierda y la mayoría de los liberales defendieron la nueva legislación, al igual que las oenegés ecologistas, la comunidad científica, otras plataformas agrícolas, los cazadores, las compañías de energías renovables y un amplio surtido de multinacionales, además de casi un millón de ciudadanos, que han suscrito una solicitud a favor de la Ley de Restauración de la Naturaleza.
Hacer todo lo posible para que el Ejecutivo hiciera una nueva propuesta
Por otro lado, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se colocó de perfil para poder esquivar el fuego amigo, al tiempo que los democristianos hacían todo lo posible para impedir que la Eurocámara tramitase el nuevo instrumento, sometiéndolo a votaciones agónicas en las comisiones parlamentarias y en el pleno para tratar de rechazar el acuerdo y forzar a que el Ejecutivo hiciera una propuesta.
Pero al final el PPE fracasó y el Parlamento Europeo logró hacerse con un mandato negociado por un estrecho margen de 336 votos a favor, 300 votos en contra y 13 abstenciones; lo que se pudo cristalizar gracias a un pacto entre socialistas, verdes, liberales e izquierda, y a 21 de los 178 europarlamentarios del PPE quienes rompieron con la tradición del voto.
Este acuerdo político todavía tendrá que validarse tanto por los Estados miembros por medio del Consejo de la Unión Europea como por el pleno de la Eurocámara.