El medioambiente y el clima han sido los grandes ausentes en la campaña electoral de Francia

Al parecer en la campaña electoral de Francia los partidos políticos han pasado por alto los graves asuntos relacionados con el cambio climático. Para algunos ciudadanos franceses, el resultado de la primera vuelta de las elecciones anticipadas de ese país les ha dejado un sabor amargo.

Para los defensores del clima, esta campaña electoral supuso una auténtica pesadilla. Y sea cual sea el resultado final, y cómo quedará finalmente compuesto el Parlamento francés, el clima y el medioambiente han estado totalmente fuera de la campaña electoral.

Mientras termina la campaña electoral de Francia el cambio climático sigue causando desastres en Europa

Con una extrema derecha tan cerca del poder, las cosas no podían suceder de otra forma. ¿Cómo podría ser de otra manera si la decisión de revocar al actual cuerpo de diputados ocurrió de modo tan repentino, estando la representación de la extrema derecha más cerca del poder, que en ningún otro momento desde la época de la Segunda Guerra Mundial?

Entre tanto el cambio climático hizo de las suyas durante todo el fin de semana. Las imágenes al mismo tiempo de una ola marrón de extrema derecha ocupando casi todo el mapa electoral francés, mientras torrentes de barro invadían de pánico las ciudades alpinas, en el norte de Italia, en Suiza y Austria resultaban realmente escalofriantes.

Cada día, la Tierra se está calentando un poco más, y el planeta pierde un poco más de capital natural y de ecosistemas provocado por las actividades humanas sin control. La crisis del medio ambiente no da tregua, al tiempo que la gente en Francia esperaban a que cerraran los colegios electorales.

La extrema derecha amenaza la democracia de Francia

Aún están puestos varios escenarios sobre la mesa para Francia, aunque ninguno es verdaderamente reconfortante. Ya que un Gobierno de extrema derecha representa una grave amenaza para la democracia, la igualdad, la paz civil, y seguramente, provocará daños al tejido social. Por tal motivo, quién sabe dónde terminaría la espiral descendente.

No obstante, hasta un estancamiento entre 3 partidos políticos impedirá una acción política importante y no permitirá resolver los problemas que han llevado a esta nación hasta esa situación, las preocupaciones y las causas del sufrimiento de los ciudadanos franceses.

En el mejor de los escenarios, solo se podrá retrasar unos pocos meses la inminente crisis del régimen. La política en Francia no fue diseñada para el compromiso y la coalición. El actual sistema se nutre de enfrentamientos claros, y las posibilidades de resolver los defectos de la actual Constitución francesa son cada día más escasas.

Ninguno de los escenarios posibles que se puedan presentar dará prioridad a la transición hacia una economía climáticamente neutra en carbono y respetuosa con la naturaleza, a pesar de que una actitud más ecológica podría reportar enormes beneficios, siempre y cuando el Estado lo planifique, construya las condiciones que sean necesarias para el cumplimiento de sus objetivos, coloque dinero fiable encima de la mesa y genere confianza para que los inversionistas privados sigan en esa dirección.

Es evidente que esto representa un problema para Francia. Es posible que la nación no sea un emisor directo de gases de efecto invernadero tan grande, pero es, sin embargo, la séptima potencia económica del mundo, con inmensas emisiones indirectas. Tanto así que la población de Francia consume de media, anualmente, el doble de los recursos disponibles del país.

¿Cómo impactarán los resultados de las elecciones francesas en la crisis climática del país?

De imponerse la extrema derecha en Francia, probablemente se pondría fin a los actuales planes de inversiones sostenibles que tiene el país. Lo que supondría la destrucción de decenas de miles de puestos de trabajo, la pérdida de activos e infraestructuras que se necesitarán para los mercados del futuro, lo que se traduciría en una recesión duradera, destruyendo un poco más el tejido social francés.

Por otro lado, se estaría enviando un terrible mensaje al exterior, ya que si Francia renuncia a intentar su participación en la transición sostenible, ¿por qué lo intentarían sus aliados? El actual sentimiento que se tiene de motivación colectiva en la carrera hacia la limpieza sería resentido si el país renunciara.

Los más vulnerables resultarán los más perjudicados por el cambio climático

Para el continente europeo, un desplome de Francia podría escalar a nivel supranacional, lo que crearía las condiciones para una minoría de bloqueo en el Consejo Europeo contra cualquier iniciativa de política social y política verde, con lo que se amenazaría el progreso que los franceses han logrado construir durante la última década.

Detener en este momento la transición sostenible representa un riesgo financiero enorme, que profundiza las desigualdades, debido a que los más vulnerables serán los que más van a sufrir las consecuencias de una transición mal planificada y del cambio climático.

Se avecina un panorama muy oscuro, aunque debería llevar a la renuncia, dado que cada décima de grado centígrado de aumento de la temperatura marca la diferencia, e importa mucho cada especie que se extinga. A la protección del medioambiente y del clima no se le puede dejar en un segundo plano, no podemos esperar a que surja una gobernanza más favorable.

En un momento en que el contexto se vuelve tan difícil la tentación de rendirse es fuerte y comprensible, la salud mental puede estar en riesgo cuando es tan fuerte la sensación de impotencia. No obstante, si se observa el panorama a lo grande, la humanidad y el planeta también a lo grande, la desesperación solo está permitida por un pequeño instante. Después debemos regresar al trabajo y continuar la lucha, ya que la esperanza es el vínculo más fuerte que compartimos todos los seres humanos.

El cambio debe empezar por cada uno de nosotros

Nos debemos convertir en el cambio que deseamos ver. En este momento más que nunca, los actores de la sociedad civil debemos sentirnos capacitados para continuar adelante y superar los obstáculos de unos dirigentes políticos fracasados. Las ONG, los sindicatos, los líderes empresariales, los académicos y los ciudadanos en general pueden y deben dar un paso al frente para impulsar un cambio positivo desde la base.

Podemos ver en la historia una larga lista de precedentes de movilizaciones populares exitosas. Las sufragistas, el fin del apartheid y la caída del Muro de Berlin vinieron todos de la sociedad civil y de actores privados.

Igual de importantes son los demás niveles de gobernanza en los que pueden apoyarse los agentes privados. El mismo concepto de desarrollo sostenible fue reconocido por Naciones Unidas en los años sesenta, y es sabido que las regiones y las ciudades se encuentran en primera línea para la aplicación eficaz de la transformación verde por medio de sus contrataciones e inversiones.

Para quienes defendemos el clima y la sostenibilidad, un cambio total hacia un Gobierno autoritario será el amanecer de una nueva era, pero no es necesario sentir el terrible sentimiento de que es el fin de todas nuestras esperanzas y movilizaciones, siempre que exista un esfuerzo colectivo por imaginarnos cómo debería ser la próxima estrategia a llevar a cabo.

Hoy en día, el lema “Sea usted el cambio que desea ver en el mundo” es más acertado que nunca.

Actualmente Adeline Rochet es jefa de Programa en el Corporate Leader Group Europe del Cambridge Institute for Sustaninability Leadership, CISL.

Compartir noticia: