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Una drástica reducción de insectos polinizadores generada por la presión humana y por el cambio climático se ha evidenciado en los últimos años. Lo que pudiera estar conduciendo a la humanidad hacia un mundo sin insectos polinizadores.
Ya se está hablando de un Apocalipsis de los insectos polinizadores
Dos de cada tres especies de animales son insectos. Sin embargo, estos organismos cada vez están más amenazados, y no solo en los hábitats urbanos, también en el medio natural.
Los efectos de la presión humana y del calentamiento global están provocando verdaderos estragos por el incremento de las temperaturas y el estrés hídrico en cada vez más extensas áreas del planeta. La comunidad científica no tiene dudas sobre hablar de una auténtica Apocalipsis de los insectos polinizadores. De hecho, Ecologistas en Acción, incide en que registran una tasa de extinción 8 veces más rápida que la de los mamíferos, reptiles y aves.
Sumada a su gran aportación a la biodiversidad, se debe agregar la contribución de los insectos polinizadores en términos económicos por su relación directa con la agricultura. Por ejemplo, 7 de cada 10 cultivos para consumo humano dependen en mayor o menor medida de las abejas. Los investigadores se refieren a cerca de 2.400 millones de euros de valor vinculado solo para el campo en España.
Una primavera lluviosa, el confinamiento por la pandemia de covid-19 en el 2020, la ausencia de movilidad y la paralización de ciertas labores de limpieza de carreteras y jardinería, facilitó una naturaleza exuberante. Una combinación de factores que permitió un respiro temporal a saltamontes, libélulas, grillos, abejas y avispas. Se trató, sin embargo, de algo muy circunstancial. Cuando las restricciones sanitarias llegaron a su fin se aceleró otra vez el declive de los insectos polinizadores.
Se está despertando la conciencia ambiental sobre los insectos polinizadores
Afortunadamente y conscientes del rol que desempeñan estos pequeños seres vivos en la cadena animal, cada vez más responsables de los municipios españoles optan por la reducción de las fumigaciones en las áreas verdes de las ciudades. Hasta están apostando por dejar que crezcan las hierbas libremente.
Ayuntamientos como el de Vigo, Valencia o el de Barcelona se han venido sumando a esta corriente que hace mucho tiempo impera en muchas ciudades de Europa y que acarrea no pocas críticas desde los sectores menos concienciados.
En esta misma tónica, varias comunidades autónomas españolas han introducido proyectos de leyes que buscan detener la contaminación lumínica nocturna, que tiene una fuerte afección sobre los insectos polinizadores. Entre estas restricciones sobresalen la limitación de intensidad y uso de las luces, los anuncios publicitarios y ciertos enclaves naturales. La finalidad está muy clara: atenuar los efectos dañinos que muchos insectos sufren debido al exceso de luz artificial.
Medio millón de insectos podrían estar enfrentando su desaparición
Los expertos calculan que en las próximas décadas por lo menos un millón de especies están enfrentando su extinción, y la mitad de estas especies son insectos. Al parecer se están extinguiendo no solo las variedades más raras, también se estás desapareciendo las más comunes y abundantes, como es el caso de las mariquitas.
Se estima que en todo el planeta el 40 por ciento de los insectos polinizadores se encuentra en peligro de desaparición como resultado de las actividades humanas y, especialmente en Europa, además lo está el 9 por ciento de las abejas. Por otro lado, la entrada de especies exóticas invasoras, empeora el problema.
En el último informe de Ecologistas en Acción, se mostró que la percepción negativa que la sociedad tiene sobre estos pequeños organismos no solo es injusta, sino que también es errónea. Ya que solo poco más del 2 por ciento son perjudiciales.
Variables externas que perjudican a los insectos
El cambio climático provocado por la actividad humana invita a la desaparición de aquellas especies que no logren adaptarse. Los ciclos biológicos de los insectos polinizadores son demasiado dependientes de variables externas, como la humedad o la temperatura. Y que una de las respuestas más sencillas al cambio climático es la modificación de la distribución en el tiempo o en el espacio, señalan desde el Instituto Cavanilles de la Universidad de Valencia.
Cuando las temperaturas aumentan, muchos organismos se ven obligados a buscar cobijo en las zonas de mayor altitud, o se desplazan en latitud hacia el norte o hacia el sur, dependiendo del hemisferio donde se encuentren. Hasta pueden llegar a modificar sus hábitos migratorios. Al mismo tiempo, también se atrasan o adelantan las épocas de floración lo que arrastra a los organismos dependientes de estas plantas.
Sin embargo, todo este conjunto de cambios requiere de una gran flexibilidad genética y en los últimos años se ha acelerado de manera vertiginosa. En este sentido, el experto Joaquín Baixeras del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva; señaló que, si se conoce que existe más de un millón de especies de insectos, es imposible esperar que todas ellas estén en la capacidad de asumir estos cambios, claro que muchas de ellas no los soportarán.
Además del cambio climático está la contaminación lumínica y los pesticidas
Baixeras dijo que, desde hace décadas los expertos en conservación pusieron su atención en los insectos. Sin embargo, es solo en los últimos años que este problema ha calado en la opinión pública. Se cree que el 75 por ciento de las especies de insectos del continente europeo está literalmente en peligro de desaparecer. Cada vez vez acuden menos insectos a las lámparas y ya no se ven abejorros o mariposas en los bordes de las carreteras, agregó el experto.
Ya son muchas décadas que la humanidad está contaminando con pesticidas, con contaminación lumínica y dañando los ecosistemas de muchas maneras. A todo este conjunto de agresiones, que aún no se ha logrado resolver, ahora se suma una fuerza mayor, de enormes dimensiones, se trata del cambio climático, dijo Baixeras.
¿Se podrá revertir la situación de los insectos polinizadores?
Baixeras explicó que, los insectos polinizadores tienen un impacto directo en la agricultura. Ya que son un vector fundamental para la reproducción de muchas de las plantas útiles para los humanos, y por ende, tienen una gran importancia económica.
Sin embargo, es un error creer que es posible revertir la situación solo ocupándose de los insectos polinizadores útiles para la agricultura. Debido a que ellos constituyen una red muy compleja de relaciones en la naturaleza que apenas se está comenzando a comprender.
La desaparición de un polinizador nocturno especializado en un solo tipo de flor, puede producir una cascada de reacciones en otros insectos polinizadores que dejen una planta diurna sin polinizar, explicó el experto a través de un ejemplo.
A comienzos de los años 1990 ya había un claro interés sobre la conservación de los insectos. Sin embargo, la comunidad científica no contemplaba el cambio climático como una amenaza seria, ni un declive generalizado de los insectos. El problema de la conservación se limitaba solo a especies y hábitats prioritarios, explicó el experto.
En la actualidad está creciendo el consenso acerca del descenso de las poblaciones de insectos. Se puede debatir acerca del alcance del asunto, sobre sus derivadas o la contribución de los distintos aspectos que antes fueron mencionados. Pero no se puede negar que existe un problema. la conservación de estos organismos es ya un problema tan grave como el de cualquier otro grupo animal, aseguró Baixeras.