Estan en una cuenta regresiva para salvar el Gran Lago Salado de Utah del colapso. Debido al regadío abusivo, el cambio climático y la presión demográfica, que están secando el lago más grande de su tipo en el hemisferio occidental.
El Gran Lago Salado de Utah registró su mínimo histórico en 2022
Durante el pasado mes de noviembre el Gran Lago Salado de Utah registró su mínimo histórico y los expertos climáticos advierten que, su desaparición (que podría llegar tan pronto como en 5 años) tendrá impacto mundial, afectará a millones de aves migratorias y liberará nubes de polvo tóxico.
La bióloga Bonnie Baxter es directora del Great Salt Lake Instituto del Westminster College, cuenta que antes, todo el lugar estaba cubierto por el agua. Baxter señala a lo lejos, hasta donde acostumbraba llegar la orilla del Gran Lago Salado de Utah. Este cuerpo de agua es el más grande de sus características en todo el hemisferio occidental, además es el octavo lago terminal en superficie a nivel mundial.
En ese momento, a mediados del pasado mes de marzo, en el lugar se podía observar una porción de tierra húmeda, un kilómetro más o menos en línea recta de arena, pájaros muertos y barro. Al final del camino, muy cerca del lugar donde alguna vez estuvo el recordado “Saltair”, resort de principios de siglo XX que consumieron las llamas, se yergue un triste remedo, se trata de un edificio abandonado que actualmente sirve de baliza de la decadencia de un ecosistema único.
Una megasequía que está acabando con el Gran Lago Salado de Utah
El lugar donde está Bonnie Baxter se encuentra rodeado por el majestuoso circo de montañas nevadas de más de 3 kilómetros y medio de altura de la cordillera Wasatch. Y lo que se puede escuchar de fondo es el tic-tac de una bomba de relojería medioambiental a punto de estallar.
El lago ha perdido ya el 73 por ciento de su agua y el 60 por ciento de su superficie como resultado de una agricultura incompatible con la megasequía que viene atacando al Oeste de los Estados Unidos desde hace dos décadas.
A lo que se suman los efectos del cambio climático y la presión demográfica de la ciudad vecina, Salt Lake City, que cuenta con un área metropolitana de 1,2 millones de habitantes. Cifra que se espera doblar para el año 2050; todo esto está contribuyendo al colapso del Gran Lago Salado de Utah.
Durante el mes de noviembre de 2022, llegó a registrarse un mínimo histórico de 1.277 metros sobre el nivel del mar, 5 metros por debajo de los 1.282 de la media registrada desde 1.850. Ese registro récord superó a otro récord, que a su vez había superado a otro anterior.
El colapso está llegando rápidamente
Baxter cuenta que, es increíble lo rápido que ha empeorado la situación del Gran Lago Salado de Utah en los últimos dos años. Y lo compara como estar asomados a un precipicio. La bióloga estudia desde hace más de 25 años los microorganismos del lago.
A las espaldas de Baxter, se encuentra el pequeño puerto deportivo, este parece más bien un gran charco sin embarcaciones. Los últimos botes, que esperan mejores tiempos guardados en tierra firme, fueron retirados el año pasado.
La imagen refleja una de las estampas más elocuentes de una crisis en la que trabajan decenas de científicos, expertos medioambientales, líderes comunitarios y políticos de Utah. Y que además, ha captado la atención del mundo, en parte, debido a un sombrío informe que fue publicado el pasado mes de enero por la Universidad Brigham Young (EEUU) de la cercana localidad de Provo.
El documento fue firmado por un grupo de 32 científicos y conservacionistas encabezado por el ecólogo e hidrólogo Ben Abbott. En el informe se advertía que, si no cambia la tendencia, el Gran Lago Salado de Utah podría secarse por completo en 5 años.