En países como Argentina vienen creciendo los casos de diabetes tipo 2 entre los adolescentes y jóvenes en los últimos años, aumentando un 56 % de casos diagnosticados en esa población, lo que da paso a un preocupante pronóstico.
Atención a las enfermedades infecciosas y también a las crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2
Los médicos repiten constantemente que además de poner atención a los brotes de enfermedades infecciosas, en la actualidad se debe atender un gran desafío de la humanidad: las enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2.
Y justamente esta patología es una de las que más terreno ha ganado en los últimos años, así lo confirmó un paper del prestigioso “British Medical Journal”. Lo realmente preocupante para la comunidad médica es que en los últimos 30 años las cifras han empeorado, al aumentar un 56 % en la población adolescente y joven, como respuesta al aumento del sobrepeso y la obesidad.
El estudio, “Global burden of type 2 diabetes in adolescents and youngadults, 1990-2019: systematic analysis of the Global Burden of Disease Study 2019”, está centrado, como lo señala su título, en la prevalencia de diabetes a lo largo de treinta años, en más de doscientos países.
Los resultados que hallaron los investigadores, todos ellos de diferentes universidades de China, es bastante abrumador. Sin embargo, tiene mucho sentido cuando se observa en la calle la enorme proporción de personas con obesidad y sobrepeso, condiciones que están directamente ligadas a la diabetes tipo 2.
Una enfermedad que va en aumento en los países de renta media y baja como Argentina
En 1990, concretamente de 100.000 personas de 15 a 39 años, 117 estaban diagnosticadas con diabetes tipo 2, la menos severa, pero la más frecuente de las diabetes. Mientras que en 2019, esa cifra alcanzó a 183 personas por cada 100.000, un incremento de más del 56 por ciento.
Otra información que se desprende de este estudio, publicado el pasado diciembre, es bastante preocupante, aunque no es del todo sorprendente: comparando países con diferentes índices demográficos, la incidencia de diabetes tipo 2 aumenta en las naciones con ingresos medio-bajo y bajo. Es decir, países como la Argentina.
El Ministerio de Salud argentino no ignora estos datos. Información oficial en línea estima que “uno de cada diez argentinos de 18 años o más sufre de diabetes, y por el hecho de que por varios años permanecen sin síntomas, cerca de cuatro de cada diez desconocen su condición”.
La forma más común, la diabetes tipo 2, el texto aclara que, “si bien acostumbra empezar luego de los cuarenta años, la enfermedad es observada en forma cada vez más frecuente en personas más jóvenes”. Agregan que, “se asocia a sobrepeso y obesidad, falta de actividad física, alimentación inadecuada y antecedentes familiares”.
En este sentido, la experta en nutrición y diabetes infantil, Valeria Hirschler; dijo que, en 2019 hicieron un trabajo con niños de primaria de diferentes regiones del país. ¿El resultado? El 40 por ciento de los chicos tenía sobrepeso u obesidad, explicó para dimensionar la gravedad del tema la también coordinadora del Comité de Epidemiología de la Sociedad Argentina de Diabetes.
Ya la diabetes tipo 2 no es solo para mayores de 50
La nutricionista además dijo que, la diabetes tipo 2 es una patología que anteriormente solo aparecía en personas mayores de 50 o 60 años, siempre se asociaba con la obesidad y sedentarismo. Sin embargo, como el aumento de peso creció entre los más jóvenes, la prevalencia de esta enfermedad también lo hizo.
Por su parte, a Diego Wappner, quien es médico clínico, magister en diabetes y enfermedad cardiovascular y director de la diplomatura universitaria en riesgo cardiometabólico y renal en diabetes, de la UCES; el tema le preocupa de manera especial.
En primer lugar, porque una gran cantidad de cuadros de diabetes tipo 2 son evitables. En segundo lugar, porque las consecuencias de esta patología son mayores de las que se tiene registro.
El experto explicó que, en 2019 se llevó a cabo un estudio denominado “Capture” del que participaron trece países, entre los cuales estaba la Argentina. Allí se midió la prevalencia de enfermedad cardiovascular en individuos con diabetes tipo 2 con más de 18 años. La media mundial fue de 35 por ciento, pero en la Argentina fue del 41 por ciento.
¿Es ese un golpe esperable para esta franja de la población, la adolescente y joven del país?
En la alimentación está la clave para el combate de esta amenaza
Wappner enumeró las causas del aumento de la enfermedad. Por un lado, las principales causas del sobrepeso y la obesidad en niños y adultos jóvenes son la ingesta de alimentos ultra procesados y bebidas ricas en azúcar, que son de fácil acceso y muy promocionadas. Por otro lado, está la falta de actividad física, una combinación que conlleva al aumento de los cuadros de diabetes.
La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2018, ya dejaba bastante claro este panorama: “allí se pudo ver que el 60 por ciento de la población mayor de 18 años tenía exceso de peso. En relación a la actividad física, únicamente el 35 por ciento de la población hacía por lo menos 150 minutos a la semana”.
El experto hizo énfasis en que, en relación al consumo de vegetales, solo el 6 por ciento de la población admitió consumir una ración diaria; es decir, 2 o 3 verduras o frutas. Lo que muestra claramente qué es lo que está pasando en Argentina.
Un combo de trastorno cardiometabólico muy peligroso
El enlace entre obesidad y diabetes es muy claro, debido a que, combinado con la hipertensión, conforman un combo de trastorno cardiometabólico, dijo Wappner.
Los números desbordan la cabeza de Wappner, de acuerdo con el último atlas de la Federación Internacional de Diabetes, en 2021 había 537 millones de personas diagnosticadas con diabetes en todo el mundo. Para el año 2045 se espera un 45 por ciento de aumento; es decir, 784 millones de pacientes, explicó.
Para el médico lo más desesperante es la distribución de esos números en el mundo. Dijo que cuando se discriminan los países de altos y bajos recursos, para la región de América Latina el aumento va a ser del 50 por ciento. Mientras que en Europa será del 13 por ciento y en África será del 134 por ciento.
Hay una parte genética y otra ambiental que intervienen en el asunto
En el momento en que Hirschler leyó el paper del British Journal, no se sorprendió en lo absoluto. Al respecto dijo que, el estilo de vida sedentario sumado a los antecedentes familiares incrementan la predisposición a la diabetes. Es decir, que está presente una parte genética y otra ambiental, explicó la experta.
Para poder bajar la diabetes, Hirschler dijo que, la cuestión es enfocarse en el estilo de vida, más allá del hecho de que cada vez van a surgir más fármacos para el tratamiento de la obesidad.
Hirschler explicó que, por estilo de vida ella entiende: evitar la comida chatarra, que en Argentina no es solo McDonald´s, además están las empanadas y las pizzas.
También, es fundamental aumentar la actividad física, que en los colegios debería ser una materia diaria, como lo son las matemáticas. Sin contar que los niños deberían poder asistir a sitios seguros y gratuitos donde puedan hacer actividad física, de manera de no quedarse ante una computadora o la TV todo el día, agregó Hirschler.
Aunque el pilar más determinante, es sin duda la educación: con frecuencia el problema no es el acceso a la comida sino la falta de educación, explicó. Por ejemplo, la indicación de tomar productos lácteos descremados, que no es únicamente para las personas con sobrepeso, como piensa mucha gente. Eso solo es desconocimiento. Como también lo es, obligar a un niño a que se termine el plato de comida. Cuando el chico dice “basta”, es basta, resumió Hirschler.