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En las temporadas de gripe y refriados, muchas personas se cargan de píldoras, polvos y hasta gomitas para mantener a raya los malestares de la gripe. Pero, ¿realmente vale la pena y podemos estar a salvo de los refriados tomando tanta vitamina C?
El uso excesivo de la vitamina C (megadosis) contra la gripe
Al llegar la temporada de gripe y resfriados, muchos de nosotros nos cargamos con un arma defensiva bastante conocida: las pastillas, polvos y todas las demás formas famosas de vitamina C. este nutriente pertenece a un amplio conjunto de suplementos, desde la vitamina A hasta el zinc, que toman con regularidad aquellos que esperan estimular su sistema inmunológico y su salud en general. Aunque la vitamina C también puede resultar una de las más usadas.
Es cierto que este nutriente ayuda a estimular el sistema inmunológico y es una parte fundamental de una dieta saludable; sin embargo, los beneficios de esta vitamina a veces se exageran. Lo que lleva a muchas personas a megadosificarse con el nutriente que, aunque no suele ser peligroso, puede resultar una completa pérdida de tiempo y dinero.
La fama de superpoder de la vitamina C en verdad se afianzó en los años de 1970 con el reconocido químico Linus Pauling. El muy prestigioso dos veces ganador del Premio Nobel se encargó de promover la idea errónea de que las megadosis de vitamina C, por una cantidad de 3.000 miligramos al día, eran lo que se necesitaba para eliminar el resfriado común y para el combate de las dolencias más graves como enfermedades del corazón y cáncer, lo que permite a la gente vivir vidas más largas y llenas de salud.
No obstante, las afirmaciones del respetado científico acerca de la vitamina C nunca resistieron un estudio riguroso. El director de la Oficina de Suplementos Dietéticos del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, Stefan Pasiakos, explicó que no existe evidencia científica consistente que pueda respaldar la idea de que la megadosis de vitamina C en la profilaxis y el tratamiento del resfriado común sea realmente efectiva.
¿Realmente la vitamina C cura la gripe?
La mayoría de las investigaciones muestran que la ingesta de zumo de naranja o de suplementos no hará mucho contra la gripe o contra el resfriado común. Tanto es así que tomar muchas veces más de la cantidad diaria recomendada, la cual es en España 60 mg al día para las personas adultas, no es probable que haga que la mayoría de la gente esté más saludable de manera general. Lo cual se debe a que el organismo no es capaz de absorber la vitamina C de forma tan eficiente en dosis superiores a los 1.000 mg y expulsa el exceso a través de la orina.
En este sentido, Christopher Duggan, profesor de nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y director del Centro de Nutrición del Hospital Infantil de Boston (EEUU); dijo que además de las personas que presentan deficiencia de vitamina C o que se encuentran expuestas al ejercicio físico extremo, las dosis altas de este nutriente no tienen ningún beneficio para la prevención de la gripe o del resfriado común o para reducir sus síntomas.
Si embargo, tomar la cantidad suficiente de vitamina C puede ayudarnos a cortar un poco el sufrimiento. Los estudios sugieren que los individuos que toman de uno a dos gramos de este nutriente por día pueden padecer de un resfriado durante un poco menos de tiempo, sintiéndose mejor alrededor de 8 % antes como adultos y un 14 % para los niños.
En realidad para qué sirve el ácido ascórbico
Aunque es verdad que la vitamina C no es una panacea, si es realmente un nutriente escencial que aporta importantes beneficios para nuestra salud. Duggan explicó que la vitamina C tiene muchas funciones en nuestro cuerpo.
El ácido ascórbico, como también se conoce a este nutriente, es reconocido por su apoyo clave al sistema inmunológico. Pasiakos aseguró que la vitamina C apoya la producción de ciertas proteínas, denominadas interferones, que son las encargadas de proteger a las células del ataque viral. Por otro lado, el ácido ascórbico también mejora la función de los glóbulos blancos, en especial a los fagocitos, que son los que ayudan a engullir patógenos y a estimular la actividad de otras células inmunitarias para el combate de las infecciones.
Nuestro cuerpo además usa la vitamina C para la formación de colágeno, una proteína clave que ayuda a formar huesos, vasos sanguíneos y músculos fuertes que protegen contra las enfermedades del corazón y los accidentes cerebrovasculares.
La vitamina C es ideal para el cuidado de la piel
El colágeno además es fundamental para nuestra piel, como un componente esencial en los tejidos conectivos que curan las heridas y forman tejido cicatricial, de tal modo que la vitamina C ayuda a prevenir la flacidez, las manchas oscuras, el acné y las arrugas en la piel.
Es por esta razón que el ácido ascórbico es usado comúnmente en productos para el cuidado de nuestra piel. Existe cierta evidencia que demuestra que este nutriente puede hasta ayudar a proteger de los efectos nocivos del Sol cuando se utiliza junto con el protector solar.
La vitamina C juega un rol intrigante como antioxidante, este es un compuesto que se encarga de neutralizar los radicales libres en el cuerpo. Estos compuestos son moléculas inestables con un número impar de electrones, propensas a quitarle electrones a las moléculas de la sangre, otras células y la piel, haciéndoles mucho daño y hasta pueden contribuir a la formación de enfermedades como las cardíacas y el cáncer.
Debido a que el ácido ascórbico y otros antioxidantes también tienen un número impar de electrones, son capaces de absorber el electrón desapareado de un radical libre para evitar que provoque daños a las células.
Por último, la vitamina C sirve para producir mensajeros químicos y hormonas que son importantes en el cerebro y en el sistema nervioso, donde se incluyen las posibles funciones en la reducción de la ansiedad y del estrés. Los investigadores además están estudiando el rol que desempeña la vitamina C en la prevención de las cataratas o en el retraso en la progresión de esta enfermedad. Además de la reducción de los niveles de ácido úrico que hacen que se desencadene la gota.
¿Cómo obtengo suficiente vitamina C?
Nuestros organismos deben adquirir vitamina C debido a que nuestro cuerpo no es capaz de producirla ni almacenarla. Las deficiencias graves de ácido ascórbico pueden dar lugar a el escorbuto, esa terrible pesadilla de los marineros.
Cory Fisher, médico de medicina familiar de la Clínica Cleveland (EEUU), explicó que la deficiencia grave de vitamina C puede provocar fatiga, sangrado facial, hematomas excesivos, retraso en el crecimiento y problemas dentales. Además es una razón más por la que una dita bien equilibrada de alimentos de verdad es tan importante.
Por fortuna, la mayoría de las personas reciben mucho ácido ascórbico de los alimentos que comen. La especialista en medicina familiar de Mayo Clinic en Arizona (EEUU), Jesse Bracamonte, dijo que las verdura y frutas son la mejor forma natural de obtener vitamina C. Agregó que los alimentos como los pimientos, los tomates, los cítricos (toronjas, limones, naranjas) y las verduras crucíferas, como el brócolí, el repollo y coliflor; son excelentes fuentes de vitamina C. El ácido ascórbico se encuentra presente incluso en alimentos fortificados como los cereales del supermercado.