Los suplementos de colágeno se han convertido en un producto sumamente popular en internet, especialmente en las redes sociales. Su principal comercialización se practica en tiendas de productos naturales y cosméticos y se pueden encontrar en diferentes presentaciones, ya sea en píldoras comprimidas y mezclas en polvo o en cápsulas en forma de caramelos.
Sin embargo, a pesar de ser un producto en tendencia, aún no cuenta con evidencia científica suficiente que pueda respaldar el principal beneficio que dice promover. Y es que en internet se han creado campañas que afirman que los suplementos de colágeno ayudan a mejorar la apariencia de la piel, las líneas de expresión y hasta reducir las arrugas que, con el pasar de los años comenzamos a experimentar como consecuencia de la vejez.
¿Qué es el colágeno?
Para comprender mejor los posibles beneficios que pueden ofrecer este tipo de suplemento, es necesario conocer qué es el colágeno. Se trata de una proteína esencial presente en el cuerpo humano, la cual es responsable de la elasticidad y resistencia de tejidos como la piel, los cartílagos y los huesos.
No obstante, el envejecimiento corporal hace que la producción de dicha proteína sea cada vez menor, lo que a su vez da paso a la aparición de arrugas y flacidez en la piel. Fue así como, en un intento por compensar esa falta de proteína esencial fueron promovidos los famosos suplementos de colágeno.
Desde entonces la industria propone suplementos orales, con el argumento de que su consumo puede ayudar a estimular la producción de colágeno en el cuerpo humano sin importar cuán avanzada sea la edad de la persona.
¿Qué tan efectivos son los suplementos de colágeno?
Algunos estudios realizados por la propia industria a través de ecografías han demostrado una ligera mejoría en el engrosamiento de la piel de mujeres que consumen este tipo de productos con frecuencia. Sin embargo, es importante recalcar que tales estudios a menudo involucran alrededor de 30 pacientes. Lo que es una muestra muy pequeña para considerar a los resultados como representativos.
Por su parte, expertos señalan que llevar una dieta adecuada, con la ingesta correcta de aminoácidos por medio de los alimentos podría contribuir a la eficacia de este producto.
Tipos de colágeno
El colágeno se puede dividir en diferentes categorías, siendo las que se muestran a continuación las 4 principales:
- Colágeno tipo 1: su función es la de mantener la elasticidad y firmeza de la piel, además de proporcionar resistencia y soporte estructural. Este tipo de colágeno se encuentra tanto en la piel y tendones como en los huesos y dientes.
- Colágeno tipo 2: se encarga de absorber el impacto de las articulaciones, además de proporcionarles flexibilidad, contribuyendo a su salud y previniendo su desgaste. El colágeno tipo 2 tiene presencia en el cartílago.
- Colágeno tipo 3: predomina en tejidos reticulares, sosteniendo los órganos internos tales como el hígado, los intestinos y el bazo. Aunque también puede hallarse en los vasos sanguíneos, donde juega un rol importante en la elasticidad vascular.
- Colágeno tipo 4: es un componente de la membrana basal que ayuda a mantener los tejidos bien estructurados. Además, actúa como soporte de las células, contribuyendo a la regulación de sustancias que atraviesan la membrana.
Según dermatólogos especializados, de todos los tipos de suplementos de colágeno, el más comercializado es el verisol, que corresponde al colágeno tipo 1. El mismo está compuesto de péptidos de colágeno bioactivos, fragmentos más pequeños de la proteína que, teóricamente pueden ser absorbidos de manera más eficiente en el cuerpo.
Es importante señalar que todas las versiones de suplementos de colágeno son de origen animal. Pues la proteína es extraída de los tejidos conectivos de los animales como los cartílagos, la piel y los huesos, ya sea de ganado, porcino, aves o peces. Lo que excluye a las personas veganas de su consumo.
¿Pueden los suplementos de colágeno marcar una diferencia?
Según expertos, este tipo de suplementos puede traerle beneficios al consumidor en situaciones específicas del tratamiento. Una muestra de ello se puede ver cuando se llevan a cabo procedimientos dermatológicos como peelings o tratamientos con microagujas. Donde se promueve la destrucción controlada de las estructuras celulares, lo que desencadena la producción de neocolagénesis.
En este caso es el cuerpo y no el procedimiento en sí, el responsable de crear nuevas fibras en respuesta a la destrucción. De esta manera, contar con una mayor disponibilidad de colágeno en el organismo podría ayudar a acelerar el proceso de neocolagénesis, es decir, una producción de colágeno extra durante el proceso de recuperación de las fibras cutáneas.
Lo más recomendable para este tipo de tratamientos es que el paciente inicie la ingesta de suplementos de colágeno al menos un mes antes del procedimiento. De manera que la piel tenga mayor cantidad de materia prima con la que trabajar para estimular el colágeno durante y después del tratamiento estético.
Otro escenario en el que los suplementos pueden influir es en situaciones de traumatismo como las lesiones ortopédicas, por ejemplo. En estos casos la suplementación con colágeno de calidad puede teóricamente, ayudar a mejorar la reparación del tejido fibroso.
Medidas para prevenir la reducción de colágeno
Más allá de ingerir suplementos de colágeno es fundamental hacer hincapié en las medidas preventivas. Esto puede iniciar con cuidados de la piel a edad temprana, construyendo hábitos saludables durante los primeros 50 años de vida.
Algunas de las recomendaciones más importantes sugieren protegerse de la exposición solar, ya sea utilizando bloqueadores de amplio espectro o simplemente evitando el contacto excesivo con la luz solar, no fumar, llevar una alimentación sana y balanceada con pocos productos ultraprocesados, tener una buena rutina de sueño e hidratarse constantemente.
Ahora bien, si la persona ya experimenta signos de falta de colágeno, como la aparición de arrugas, líneas de expresión marcadas, manchas en la piel, entre otros… Se pueden reforzar los hábitos con una rutina de cuidado de la piel con productos que contengan principios activos como ácidos. Sin embargo, es importante aclarar que cada caso debe ser evaluado de manera individual según las necesidades de cada persona.
Otro procedimiento alternativo para aumentar el colágeno es enfocarse en intervenciones no inyectables, haciendo uso de tecnologías o procedimientos más naturales, donde sea el propio cuerpo de la persona el que produzca la proteína.
Existen tratamientos como el microneedling, que practica la inducción de colágeno, estimulando la capacidad de regeneración cutánea mediante múltiples micropunciones. Tal procedimiento puede ser considerado como un trabajo preventivo, siempre y cuando se aplique de manera controlada y bajo supervisión de un especialista.