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La pandemia de coronavirus ha impulsado un considerable desarrollo tecnológico a nivel mundial, donde prácticamente cualquier actividad ahora se realiza de manera digital. Este cambio contundente dirigido a las actividades cotidianas, está afectando a la población de adultos mayores que no dominan la tecnología actual.
Experiencia de una mujer mayor con la tecnología actual
Una encuesta realizada en España, ha recopilado las experiencias, inquietudes y opiniones de muchos ciudadanos mayores, respecto a cómo les resulta manipular la tecnología actual.
La ciudadana Teresa Pérez de 73 años, explicó que “acostumbrarse al mundo digital le supone un gran desafío, aun cuando le pone bastante empeño; ha hecho diversos cursos de formación, ha cambiado su antiguo teléfono por uno más reciente, y con todo eso nada le resulta de ayuda”.
Al momento que le surge un inconveniente, acude a cualquier amigo que tenga más destreza o pregunta a los empleados de la tienda donde compró el móvil.
Por otra parte, si quiere inscribirse a actividades del Ayuntamiento (solo accesibles mediante la web), le resulta igualmente complicado. Tiene que pedirle ayuda presencial a algún funcionario.
“Al no tener seguridad de lo que estás haciendo, surge el temor de que cometas errores con tus dedos. De verdad lo he intentado mucho, pero aún no puedo desenvolverme por mi cuenta. Son cuestiones muy difíciles para nosotros los mayores”, afirmó Pérez.
Datos del Instituto Nacional de Estadística
Casi el 50% de las personas con más de 64 años se conectan a internet diariamente, esto según datos recopilados el pasado año, por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, esta resulta ser una cifra que oculta una cruda realidad que orilla a la gente mayor a digitalizarse, dejando de lado sus gustos, capacidades y preferencias.
Andoni Alonso, catedrático de filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid, explica que, “Actualmente la población de mayor edad, se encuentra en medio de un darwinismo tecnológico. Donde deberán adaptarse a las condiciones impuestas o de lo contrario quedarán excluidos de la sociedad moderna”.
Enfocándonos en la parte económica, cosas como: el comercio electrónico, el manejo de aplicaciones móviles o la utilización del teléfono como tarjeta de crédito, son algunas de las actualizaciones sobre las que las empresas no han tomado en cuenta a la población de adultos mayores.
“Tal parece que nadie ha notado que esto terminará afectando a todas las personas. Es solo cuestión de tiempo, en la sociedad actual impera el pensamiento de que los problemas de digitalización desaparecerán cuando los adultos mayores ya no estén, pero esta es una idea totalmente equivocada”, argumentó el catedrático.
La deficiente atención dirigida a los adultos mayores dificulta su adaptación a la tecnología actual
Según lo especifica el INE, apenas un 17% de adultos mayores de 75 años entran en internet diariamente. Siendo una desafección que para el catedrático Alonso, se sostiene en que las empresas tecnológicas avanzan, pero no escuchan a los mayores; Por ello, no saben qué necesitan ni tampoco lo qué quieren realmente.
“Ya estamos cansados de escuchar que una aplicación puede resolverlo todo; de paso eso es una gran mentira. Las diferentes condiciones en las que vivimos las personas mayores no se solventan de ninguna manera con algún alarde innovador que nos quieran imponer”, comentó el ciudadano de 80 años, Goyo Núñez de Arenas.
Rodrigo Miranda, socio director de ISDI, sugiere que, en lugar de volcar indiscriminadamente la tecnología actual sobre la gente mayor, es mejor recomendarles las interfaces de voz, que se pueden ajustar de manera más eficiente a sus necesidades. Asimismo, considera que se trata de una herramienta que pasa bastante inadvertida y es sumamente útil.
De seguro una persona mayor vería más natural que Alexa o Siri le recordará un trámite bancario o cómo programar una alarma, que descargar en el teléfono aplicaciones como Signal o Telegram por ejemplo.
“Es lógico que a cualquier persona le resulte más fácil adaptarse a las aplicaciones que involucran estímulos auditivos, que sean semejantes a conversaciones con otras personas; además, los adultos mayores están más acostumbrados a hablar y no a escribir en un chat o a ponerse frente a una cámara”, sostiene Miranda.
También existen los lazarillos digitales: Gente joven que guían a los mayores a desenvolverse en este mundo digital. Desde navegar por internet hasta manipular el móvil por su propia cuenta. Se han puesto en práctica en algunas Comunidades y Ayuntamientos, para ayudar a reducir esta forzada exclusión.