Ruta rural por Cataluña: una escapada entre naturaleza, historia y pueblos con encanto

Cataluña es una tierra rica en contrastes, donde el mar, la montaña, la historia y la tradición conviven en perfecta armonía. Más allá de sus ciudades más conocidas, esta comunidad autónoma ofrece un sinfín de rincones rurales que merecen ser descubiertos con calma, sin prisas y con los cinco sentidos bien despiertos.

Una ruta rural por Cataluña es mucho más que un viaje: es una experiencia que conecta con lo auténtico. Aquí te proponemos un itinerario pensado para recorrer en coche durante varios días, con paradas en algunos de los pueblos y paisajes más bonitos del interior. Perfecto para quienes buscan desconectar, disfrutar del aire libre y saborear la esencia de cada territorio.

Primera parada: Rupit i Pruit, piedra, niebla y encanto

Comenzamos nuestra ruta en la comarca de Osona, concretamente en Rupit i Pruit, un pequeño pueblo que parece detenido en el tiempo. Sus casas de piedra, las calles empedradas y su icónico puente colgante forman una estampa de postal que enamora en cualquier estación.

Desde aquí, se pueden hacer rutas sencillas como la del Salt de Sallent, una cascada de más de 100 metros de altura rodeada de frondosos bosques. La niebla matinal le da un toque misterioso al entorno, perfecto para los amantes de la fotografía y del senderismo tranquilo.

Alojarse en alguno de los apartamentos rurales en Cataluña en esta zona es una opción ideal para disfrutar del silencio y del ritmo pausado que caracteriza al entorno.

Segunda parada: Tavertet y las cingleras

A pocos kilómetros de Rupit se encuentra Tavertet, un mirador natural sobre un impresionante paisaje de acantilados, bosques y embalses. Este pequeño pueblo, también de arquitectura tradicional, se alza sobre una cornisa de roca desde la que se divisa el pantano de Sau.

Es un lugar perfecto para realizar excursiones a pie o en bici, o simplemente para sentarse en un banco y dejarse llevar por las vistas. El entorno invita a la reflexión y al descanso, y sus escasos habitantes reciben al visitante con amabilidad.

La carretera que une Tavertet con Vilanova de Sau es una de las más bonitas de la zona, serpenteante y rodeada de naturaleza en estado puro.

Tercera parada: Santa Pau y La Garrotxa volcánica

Seguimos hacia el este hasta llegar a La Garrotxa, una de las comarcas más especiales de Cataluña por su paisaje volcánico. Santa Pau es el corazón de esta zona, un pueblo de trazado medieval desde el que se accede fácilmente al Parque Natural de la Zona Volcánica.

Aquí el plan perfecto consiste en recorrer los senderos entre cráteres y hayedos, como el del volcán Croscat o la Fageda d’en Jordà, una reserva natural que en otoño se convierte en un espectáculo de colores.

La gastronomía también juega un papel protagonista en esta parada: los “fesols” de Santa Pau son un producto local muy valorado, ideal para reponer fuerzas tras una jornada en la naturaleza.

Cuarta parada: Besalú, una joya medieval

A tan solo media hora de Santa Pau se encuentra Besalú, uno de los pueblos medievales más impresionantes de España. Su puente románico del siglo XI sobre el río Fluvià da paso a un casco antiguo lleno de historia y patrimonio.

La judería, los baños rituales, los templos románicos y los restos de murallas convierten el paseo por Besalú en una lección de historia al aire libre. Además, el ambiente tranquilo y su buena oferta gastronómica lo hacen ideal para pasar al menos una noche.

Quinta parada: Prades y la naturaleza del Baix Camp

Ponemos rumbo al sur para adentrarnos en las montañas de Prades, en la provincia de Tarragona. Conocida como la “villa roja” por el color de su piedra, Prades es un lugar perfecto para los amantes del turismo activo.

Desde rutas a pie hasta excursiones en BTT, es posible recorrer bosques, pozas naturales y zonas de escalada. En los meses cálidos, muchas familias se acercan para disfrutar de las áreas de pícnic y de baños en los ríos cercanos.

El ambiente rural y auténtico del pueblo se mezcla con una oferta gastronómica de calidad, basada en productos locales como las setas, las castañas o el aceite de oliva virgen.

Aquí, una buena opción puede ser alojarse en alguno de los hoteles rurales en Cataluña que combinan tradición, comodidad y vistas privilegiadas.

Sexta parada: Horta de Sant Joan y el legado de Picasso

Nuestra última parada nos lleva hasta la comarca de la Terra Alta, en Horta de Sant Joan. Este pueblo, enclavado entre montañas y campos de viñedos, guarda una estrecha relación con Pablo Picasso, que pasó aquí dos temporadas de su vida y lo definió como un lugar donde “todo es muy puro”.

Además del centro Picasso, se pueden visitar iglesias, conventos y calles que conservan su trazado medieval. Muy cerca se encuentra el Parque Natural dels Ports, un lugar ideal para hacer excursiones entre montañas abruptas, barrancos y fauna salvaje.

Las vistas desde la Roca de Benet o los baños en el río Canaletes son dos planes que combinan aventura y desconexión.

Consejos para hacer esta ruta rural por Cataluña

  • Transporte: lo ideal es hacerla en coche propio o alquilado, para poder moverse con libertad entre pueblos y zonas naturales.
  • Tiempo estimado: se puede hacer en una semana, aunque también es posible dividirla en dos escapadas de fin de semana.
  • Época recomendada: primavera y otoño son perfectas por el clima suave y la belleza del paisaje.
  • Reservas: en temporada alta, es recomendable reservar alojamiento con antelación, especialmente en zonas muy visitadas como Besalú o La Garrotxa.

Conclusión

Una ruta rural por Cataluña es una oportunidad para descubrir un territorio lleno de contrastes, con paisajes únicos, pueblos con alma y una cultura viva que se refleja en cada rincón.

Lejos del bullicio de las grandes ciudades, estos lugares ofrecen experiencias auténticas, ideales para quienes buscan reconectar con la naturaleza y disfrutar del viaje con los cinco sentidos.

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